La sombra del extodopoderoso Iván Redondo no era al final tan alargada. Pedro Sánchez y su nuevo director de Gabinete, Óscar López, quieren borrar su huella cuanto antes. Ya salió el que era su número dos, Paco Salazar, relegado a un puesto institucional -presidente del Hipódromo de la Zarzuela-, sin ninguna relevancia política, y ahora ha llegado el momento de la reorganización de la Moncloa. El presidente y su mano derecha han rediseñado la estructura, haciéndola más ligera, para ganar en “operatividad”. La nueva fisonomía salió publicada este martes en el BOE vía real decreto, y certifica la eliminación, en la Presidencia del Gobierno, de tres direcciones generales (el Departamento de Planificación y Seguimiento de la Actividad Gubernamental, el de Asuntos Políticos y el de Información Económica), tres subdirecciones generales, tres departamentos y dos unidades. Sin embargo, sí pervive una de las innovaciones que se introdujeron tras la formación del Ejecutivo de coalición: la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo, en la que seguirá al frente su actual titular, Diego Rubio. El núcleo duro de Sánchez sigue siendo, con todo, mayoritariamente masculino, como lo era ya antes, aunque la presencia femenina sí aumenta.

La nueva Moncloa se compone de 23 altos cargos, frente a los 26 que tenía antes, tras la formación del Gobierno de coalición. De ellos, 10 son mujeres (antes, nueve) y 13 hombres (por los 17 anteriores). Es decir, ellas son el 43,48% en la Presidencia, por el 56,52% de ellos. Un porcentaje inferior al de la primera línea del Ejecutivo: 14 mujeres y ocho hombres (más el presidente). Las ministras son el 63,64%, por el 36,36% de ministros.

López mantiene las mismas competencias que tenía antes su antecesor. Es decir, un gran poder siempre al lado del jefe del Ejecutivo, aunque su perfil, más discreto y de fontanero clásico del PSOE, confiera un buscado menor relumbrón al cargo. El que fuera secretario de Organización socialista con Alfredo Pérez Rubalcaba es la cabeza, además, del Comité de Dirección de la Presidencia del Gobierno, el sanedrín encargado de la asesoramiento y apoyo de la actividad de Sánchez, y que integran, de entrada, su directora de Gabinete, la periodista Sonia Sánchez; el secretario general de la Presidencia, Fran Martín Aguirre (el sucesor del ministro y hombre fuerte del nuevo Ejecutivo, Félix Bolaños); el secretario general de Asuntos Económicos y G-20, Manuel de la Rocha Vázquez; la directora adjunta de Gabinete, Llanos Castellanos, y el secretario de Estado de Comunicación, el exdiputado del PSC Francesc Vallès. Ellos serán los que lleven la pauta en la Moncloa. Cuatro hombres y dos mujeres. Antes del relevo, solo formaban parte de este órgano cuatro hombres: Redondo, Bolaños, Salazar y el periodista Miguel Ángel Oliver, ya exsecretario de Estado de Comunicación.

La Presidencia del Gobierno, la maquinaria que arropa directamente a Sánchez, se divide en cuatro macrodepartamentos. Uno, el Gabinete, que dirige Óscar López; dos, la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC), en manos de Francesc Vallès; tres, el Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, que continuará pilotando Ernesto Gasco, y cuatro, el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, que seguirá conduciendo Francisco Polo.

Continuidad como línea básica

El Gabinete es la estructura de mayor peso, la que se residencia en el edificio Semillas del complejo de la Moncloa. De Óscar López como nuevo director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno (y con rango de secretario de Estado) cuelgan seis órganos directivos: la Secretaría General de la Presidencia, al frente de la cual ha aterrizado Fran Martín, en sustitución del hoy ministro Félix Bolaños; la Dirección Adjunta del Gabinete, que ahora comanda Llanos Castellanos (anterior presidenta de Patrimonio Nacional); la Secretaría General de Asuntos Económicos y G-20, con Manuel de la Rocha a la cabeza (cargo que ocupa desde el pasado diciembre, aunque desde el verano de 2018 tenía las mismas funciones, solo que con menor rango); el Departamento de Seguridad Nacional, que sigue liderando el general Miguel Ángel Ballesteros; la Oficina de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo, en la que se mantiene el joven historiador Diego Rubio (el coordinador del documento 'España 2050'), y el Departamento de Análisis y Estudios, en manos de María Ramos. Martín, Castellanos y De la Rocha tienen rango de subsecretario, y todos los demás tienen galones de director general.

Fran Martín, en el escalafón, es el segundo hombre fuerte del Gabinete, tras López. Sus funciones y poder, no obstante, se han visto ligeramente recortados. Antes Bolaños tenía como función, además de las propias (organización y seguridad de las actividades del presidente, apoyo y protocolo, asesoramiento técnico al resto de órganos de la Moncloa, coordinación de programas y dispositivos logísticos de viajes al extranjero de miembros del Gobierno o la supervisión del Sistema Operativo Sanitario del complejo), esta otra: la "ejecución de aquellas otras actividades o funciones que le encomiende el presidente del Gobierno". Ahora, se reformula este último punto: tiene como último cometido las actividades o funciones que le encargue no Sánchez, sino Óscar López. Y es que Bolaños era un hombre de la máxima confianza del jefe del Ejecutivo, que le ha compensado ahora entregándole el Ministerio de la Presidencia, antes en manos de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

De Fran Martín cuelgan tres direcciones generales: el Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica (lo que antes era la Vicesecretaría General), para la que ha elegido a Judit González Pedraz, hasta ahora secretaria general de la Escuela de Organización Industrial (EOI), en sustitución de Hilda Jiménez; el de Protocolo, donde continuará Jorge Mijangos, y el de Seguridad, en el que no habrá tampoco cambios: sigue la comisaria principal de policía María Marcos. Se suprime el Departamento de Planificación y Seguimiento de la Actividad Gubernamental, que precisamente tutelaba Fran Martín antes de que Bolaños pasara a ser ministro y él ocupara su vacante en la Moncloa. Lo que sí se crea, bajo la Secretaría General, es una Unidad de Rendición de Cuentas de la Presidencia del Gobierno, con nivel orgánico de subdirector general (un escalón menos, por tanto).

El número dos de Iván Redondo era el sevillano Paco Salazar. Óscar López ha prescindido de él y nombró la semana pasada, como su directora adjunta, a Llanos Castellanos, a quien Bolaños había hecho presidenta de Patrimonio Nacional. De Castellanos dependen cuatro departamentos, cuyos titulares tienen rango de director general: Políticas Públicas, en el que aterriza José Alarcón, quien era jefe de Gabinete del último secretario de Estado de Política Territorial, Víctor Francos; Asuntos Institucionales, al frente del cual sigue Iván Yustos, dirigente de la confianza directa de Sánchez; Asuntos Exteriores, en el que se mantiene Emma Aparici, y Unión Europea, que queda en manos de Aurora Mejía.

Más peso para Marfull

En este cuadrante de poder, además de nuevos nombres hay una reorganización, ya que Análisis y Estudios antes dependía del ya ex director adjunto, Paco Salazar, y ahora reporta directamente a Óscar López. También se produce el movimiento inverso: Aparici y Mejía colgaban de Redondo, y ahora en cambio caen bajo la tutela de la actual directora adjunta de Gabinete, Llanos Castellanos. De ella dependen, además, la Unidad de Mensaje y la Unidad de Comunicación con la Ciudadanía. De la Dirección Adjunta desaparecen dos Departamentos: el de Asuntos Políticos, que dirigía Antonio Hernández Espinal, de la confianza de Salazar, y el de Asuntos Nacionales, que lideraba Nuria Lera. Ambos seguirán en el Gabinete, confirman fuentes de la Moncloa, aunque con distintas funciones y menor rango. Otra nueva señal de que la escuela de Redondo queda sepultada con los cambios. Sánchez quiere enterrar esa etapa para emprender un nuevo tiempo sin rostros vinculados a su exjefe de Gabinete en la primera línea.

En la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC) también se elimina un departamento, el de Información Económica. En realidad, esa área estaba sin cubrir desde el pasado mayo, cuando renunció a su cargo el economista Daniel Fuentes. De este modo, la SEC se estructura en cuatro áreas, a cuyo se frente se sitúan cuatro directores generales: Información Nacional (Miguel Ángel Marfull), Información Internacional (Carmen Pérez), Información Autonómica (Raquel Redondo) y Digital (Delia Rodríguez). Los cuatro ya ocupaban esos puestos antes de esta remodelación. La última en llegar fue Redondo, cuando Jesús Perea, el primer responsable de Información Autonómica, fue designado en abril por José Luis Escrivá como secretario de Estado de Migraciones.

Con esta última reestructuración, en la SEC sale reforzado Marfull, periodista de medios como Cope o 'Público' que ya trabajó en Ferraz junto a Pepe Blanco y después con el propio Óscar López y con el hoy presidente, Pedro Sánchez, quien nada más llegar a la Moncloa le nombró asesor de comunicación personal. De Marfull dependerán dos subdirectores generales, al frente de una Unidad de Información Nacional y otra de Información Económica. Sus titulares aún no han sido designados.

Los responsables de los dos Altos Comisionados, Ernesto Gasco Paco Polo, de dependencia directa de Sánchez, no ven modificada sus estructuras. Al frente de sus respectivas oficinas continúan sus directores generales: Carmen Gayo, en Pobreza Infantil, y Albert Medrán, en España Nación Emprendedora.

Los seis nuevos altos cargos —Óscar López, Fran Martín, Francesc Vallès, Llanos Castellanos, Judit González y José Alarcón— tomaron posesión de sus cargos este miércoles, 28 de julio, en la Moncloa, en un acto presidido por el propio Sánchez.

Relevos en los ministerios

López, como primer secretario de Estado, forma parte de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, el órgano capital que filtra los contenidos que van al Consejo de Ministros y que ahora preside Félix Bolaños (y antes Carmen Calvo). También se sienta en ella Fran Martín, y se incorpora Llanos Castellanos. Además, el actual director de Gabinete, como ocurría con Iván Redondo, ejercerá las funciones de secretario del Consejo de Seguridad Nacional. Martín, como también sucedía con Bolaños, es miembro del Comité Especializado de Situación del Consejo de Seguridad Nacional.

El Consejo de Ministros de este 27 de julio aprobó los nombramientos de dos directores generales en Presidencia: Judit González, al frente de Coordinación Técnica y Jurídica, y a José Alarcón, a la cabeza de Políticas Públicas. Además, Félix Bolaños llevó la designación de un nuevo subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Alberto Herrera, en sustitución de Antonio Hidalgo, hombre de la confianza de la exvicepresidenta Carmen Calvo, como lo era José Antonio Montilla, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, reemplazado hace una semana por Rafael Simancas.

Herrera fue subsecretario de Sanidad con Salvador Illa como ministro, y después ocupó el mismo cargo en Política Territorial, con Miquel Iceta al mando del departamento. El nuevo subsecretario de Política Territorial, nombrado por la nueva ministra y portavoz, Isabel Rodríguez, es Ignacio de Loyola de Domingo Valenzuela, que hasta ahora era secretario general técnico del ministerio (o sea, número dos de Herrera). El Gobierno también nombró nuevo subsecretario de Exteriores al diplomático Luis Manuel Cuesta y a Lidia Sánchez Milán, presidenta y directora general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, como secretaria de Estado de Función Pública.

La nueva titular de Transportes, Raquel Sánchez, asciende también a la presidenta del gestor ferroviario Adif, Isabel Pardo de Vera, como nueva secretaria de Estado de Transportes, y el que era número dos de José Luis Ábalos, Pedro Saura, es premiado con la presidencia de Paradores de Turismo, la empresa pública que dirigía Óscar López desde 2018. La sustituta de Pardo de Vera en Adif es María Luisa Domínguez González. José Manuel Albares ya revolucionó Exteriores la semana pasada, al cambiar a dos de los cuatro secretarios de Estado: Juan Fernández Trigo como secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, y Pilar Cancela al frente de Cooperación Internacional. Ángeles Moreno dirigía esta última área con Arancha González Laya, pero pasa a liderar la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, como relevo de Cristina Gallach. Tras la caída de Laya, renunció Manuel Muñiz como responsable de España Global, cartera que desaparece.

La remodelación del Gobierno, a grandes rasgos, está bastante avanzada. Pero hay nombramientos aún pendientes. Aún queda un Consejo de Ministros antes del parón vacacional, el del próximo martes 3 de agosto, tras el cual Sánchez volará hasta Palma para despachar con el rey Felipe VI en Marivent. El Ejecutivo retomará sus reuniones semanales el 24.