El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha presentado este miércoles un programa amplio y detallado para una nueva España vertebrada. “La Comunidad Valenciana quiere impulsar desde la periferia una España mejor”, ha afirmado en una conferencia en Madrid, acompañado por la parte socialista del Consell y por el vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau, y la también consellera por Unidas Podemos Rosa Pérez. La parte de Compromís en el Ejecutivo estuvo representada por Rafael Climent. También ha sido arropado por un grupo de ministros: Diana Morant, Miquel Iceta, Luis Planas y José Manuel Escrivá.

España tiene cinco vértebras dislocadas, ha sido el diagnóstico de Puig para España. Y frente a ello ha ofrecido la vía valenciana, resumida en el lema de Luis Vives: “Sin querella”. Puig ha planteado así un programa “para el mañana” de España desde el diálogo y el acuerdo.

En un discurso con sustancia, en opinión del presentador, ha señalado las cinco vértebras dislocadas de España y cinco soluciones. Con la España invertebrada de Ortega y Gasset como base, Puig ha apuntado al independentismo, el centralismo “ineficiente”, la financiación “injusta”, la España invisble y la despoblación como los problemas de la España de hoy.

El jefe del Consell, que ha asegurado no tener nada personal con Madrid, se ha erigido en el valedor de la otra España, la de la periferia. Porque “España necesita más motores”, no solo el de la capital, para que no suceda lo que Pasqual Maragall ya pronosticó, que "Madrid se va".

Puig se ha presentado con propuestas. Quizá la más llamativa es que ha pedido un mecanismo de compensación de los beneficios que obtiene ahora Madrid por el efecto capitalidad. Una opción podría ser un impuesto nuevo para las rentas altas de la capital, ha dicho en el turno de preguntas, aunque ha pedido huir de improvisaciones.

Ha exigido asimismo poner fin a la concepción radial del país en las infraestructuras. Y ha instado a avanzar en la descentralización de instituciones. Si hace una semana ya citaba que Puertos del Estado esté en Valencia o que el Senado esté en otra comunidad, hoy ha pedido que la fiesta de España del 12 de octubre se celebre cada año en una ciudad.

Ha pedido institucionalizar asimismo la conferencia de presidentes autonómicos. Que se regule con dos reuniones anuales y que las reuniones sectoriales no funcionen con mayoría del Gobierno, como sucede ahora en la Comisión de Política Fiscal y Financiera.

Ha insistido además en la reforma “imprescindible e inaplazable” del modelo de financiación de las autonomías. Ha de haber más dinero para el Estado del Bienestar y ha de haber una redistribución. “En esta hora de España la causa común ha de ser la convivencia, entrar en el abrazo de Genovés”, ha dicho Puig. “Los valencianos intentamos ser técnicos en puentes” frente a los “expertos en demoliciones”, ha resaltado. Así, ha pedido alianzas territoriales basadas en la lealtad. “España precisa más puentes y menos muros”.