La Policía Nacional ha detenido este lunes en Ourense a una persona presuntamente implicada en la muerte violenta de la joven Nerea Añel Vázquez, cuyos restos óseos fueron encontrados en septiembre de 2020 en el pueblo abandonado de Muíños, en el municipio de Barbadás. La causa, cuyas diligencias tramita el juzgado de Instrucción Número 3 de Ourense, se encuentran bajo secreto de las actuaciones. El arrestado es el novio de la chica, de unos 30 años, y fue detenido en la prisión de Pereiro de Aguiar, donde cumplía condena por otros delitos menores. Desde allí fue trasladado al calabozo de la comisaría provincial, a la espera de su puesta a disposición de la magistrada Eva Armesto.

Según fuentes consultadas, entre las diligencias de investigación que ya se han practicado se encuentra la reconstrucción de cómo habrían ocurrido los hechos en el motel de Barbadás donde, supuestamente, estuvo la pareja, y en la zona en la que aparecieron los restos.

La ourensana tenía 26 años cuando desapareció. El estudio de los huesos hallados en Barbadás descartó que la causa del fallecimiento se debiera a causas naturales y la Policía Nacional ha estado investigando desde entonces si pudo haber sido un crimen.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM), ambas de la Policía Judicial de la comisaría, han trabajado en este caso. Los agentes de este último grupo fueron los que se ocuparon de las averiguaciones durante el periodo en el que la joven estuvo considerada como desaparecida, cerca de ocho meses.

Los restos óseos de Nerea Añel, cuya identidad fue confirmada por el laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil –fue este cuerpo el que se encargó entonces del levantamiento, porque Barbadás pertenece a su demarcación–, aparecieron semienterrados en el cauce o en el entono de un riachuelo.

La desaparición de Nerea Añel se fechó el 20 de enero de 2020. Su madre estuvo con ella por última vez en la cena del día de Reyes. Vio que pasaban los días sin tener noticias y denunció. La señora distribuyó numerosos carteles con la imagen de su hija por la ciudad y por las redes sociales, con el objetivo de encontrar pistas sobre su paradero. En su primera fase, la investigación incluyó rastreos con perros y drones en las inmediaciones del barrio de Covadonga y de un motel de Barbadás –no muy alejado del lugar donde el pasado septiembre se localizaron los huesos–, así como vigilancias y entrevistas en los lugares que la chica frecuentaba y donde fue vista por última vez.

El 13 de septiembre, casi ocho meses después de su ausencia, una pareja que hacía senderismo encontró los restos óseos en la aldea abandonada de Os Muíños.