Investigadores de las facultades de Veterinaria y Ciencias de la Salud de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia han publicado en la revista científica 'Animals' la detección de dos casos positivos de coronavirus SARS-CoV-2 en visones americanos silvestres, en dos ríos de la provincia de Castellón. Estos dos casos son los primeros en Europa en los que se detecta el virus en animales silvestres que no han estado en contacto directo con personas infectadas. El artículo, que se acaba de publicar tras su revisión, plantea el posible origen del contagio por contacto de estos animales de vida acuática con aguas residuales contaminadas.

Los visones son animales que han mostrado susceptibilidad al contagio del coronavirus SARS-CoV-2 por contacto con personas infectadas en granjas peleteras en varios países de Europa y América del Norte. Sin embargo, el virus no había sido detectado hasta ahora en ejemplares silvestres de esta especie, explica el profesor de la CEU UCH Jordi Aguiló.

En concreto, los dos ejemplares positivos analizados en este estudio fueron capturados junto a 11 más durante la campaña de control de especies exóticas invasoras en los ríos Palancia y Mijares, donde hay constancia de poblaciones estables desde finales de los años 80.

En ambos casos se trataba de animales silvestres sin contacto con animales de granja. La instalación más cercana, a más de 20 kilómetros, no ha reportado el escape de ejemplares desde 2007, ni se han detectado casos de SARS-CoV-2 en los análisis periódicos realizados por los técnicos de agricultura.

Aguas residuales, posible causa del contagio

Aunque el origen de la infección de estos animales no se puede determinar con total certeza, los investigadores plantean como causa más probable su contacto con aguas residuales contaminadas en los ríos que habitan, en el curso alto del Mijares y el Palancia, separados entre sí por la Sierra de Espadán.

Estos animales fueron capturados los días 14 y 28 de enero, fechas que coinciden con la tercera ola del virus, cuya incidencia fue especialmente alta en la Comunitat Valenciana. Esto podría explicar el contagio de los visones silvestres.

Tras la primera necropsia de los ejemplares capturados, que se realizó en el Centro de Recuperación de Fauna de El Saler, los investigadores detectaron el coronavirus SARS-CoV-2 en tejido procedente del nódulo linfático mesentérico, mediante una RT-PCR de dos pasos, y después procedieron a la secuenciación del ARN del virus, detalla la profesora del departamento de Farmacia de la CEU UCH e investigadora principal del grupo de Virología Molecular, Consuelo Rubio.

Estos positivos no se pudieron confirmar en los posteriores análisis realizados en el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid), probablemente debido a la fragilidad del ARN y a las nuevas descongelaciones a las que tuvieron que ser sometidas las muestras.

Bioindicadores del virus y posible reservorio natural

El estudio plantea por primera vez la posible transmisión indirecta del SARS CoV-2 a la fauna silvestre, sin entrar en contacto con el ser humano. Esta vía podría suponer que especies silvestres susceptibles a la infección, como los visones americanos, actuasen como reservorios de coronavirus, transmitiéndolo a otras especies animales y a los humanos.

Por ello, los investigadores subrayan la necesidad de un enfoque 'one health', teniendo en cuenta la interconexión de la salud humana, animal y medioambiental para evitar la transmisión del virus no solo entre las personas, sino también a los animales silvestres.

También plantean que los visones, por su susceptibilidad a la infección por covid-19, podrían constituir un bioindicador de la presencia del virus en el medio ambiente si se ponen en marcha estudios que permitan analizar más ejemplares de esta y otras especies a lo largo de las riberas de los ríos que habitan, además de analizar la presencia del virus en las aguas fluviales.

La caracterización de la variante del virus en estos animales, mediante su secuenciación completa, permitiría identificar mejor las posibles vías de contagio, así como mantener una estrecha vigilancia ante potenciales mutaciones del virus en su salto entre especies.

Firman el artículo los investigadores del Servicio de Análisis, Investigación y Gestión de Animales Silvestres (SAIGAS) de la Facultad de Veterinaria de la CEU UCH Jordi Aguiló, Víctor Lizana, Marta Muñoz-Baquero, Eva Chillida-Martínez y Jesús Cardells, junto a los del departamento de Farmacia Consuelo Rubio y Miguel Padilla y Elisa Maiques, de Ciencias Biomédicas en la misma universidad.