La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha asegurado este martes que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias, "y se tienen que asumir", en velada referencia a la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

En declaraciones a Europa Press, antes de acudir a la convocatoria realizada por la ministra de Asuntos Exteriores , Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, la embajadora de Marruecos ha insistido en que hay "actitudes que no se pueden aceptar". Ha añadido que las relaciones entre países vecinos y amigos se tiene que basar en "la confianza mutua, que se tiene que trabajar y nutrir".

Según Benyaich, las relaciones entre países vecinos y amigos se tienen que basar en "la confianza mutua, que se tiene que trabajar y nutrir". Por último, ha calificado de "inusual" la rapidez con la que ha sido convocada por Exteriores y ha señalado que no descarta que su Gobierno la llame a consultas en las próximas horas. Las palabras de la embajadora, apuntando claramente al caso de Ghali como el detonante de la crisis actual, contrastan con las del Gobierno, que en sus pronunciamientos oficiales ha evitado hasta ahora establecer una relación directa, sosteniendo que la "crisis migratoria" en Ceuta obedece a circunstancias diversas que se están analizando.

El Gobierno llama a consultas a la embajadora de Marruecos en España

El Gobierno llama a consultas a la embajadora de Marruecos en España Agencia ATLAS / EFE

Por último, ha calificado de "inusual" la rapidez con la que ha sido convocada por Exteriores y ha señalado que no descarta que su Gobierno la llame a consultas en las próximas horas.

Las palabras de la embajadora, apuntando claramente al caso de Ghali como el detonante de la crisis actual, contrastan con las del Gobierno, que en sus pronunciamientos oficiales ha evitado hasta ahora establecer una relación directa, sosteniendo que la "crisis migratoria" en Ceuta obedece a circunstancias diversas que se están analizando.

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha evitado responsabilizar a Marruecos, al que ha tildado de "país socio y amigo", optando por apelar a su cooperación para resolver la crisis actual, partiendo siempre del respeto, incluidas las fronteras. "Es la base sobre la que se construye la vecindad entre países amigos", ha reivindicado.

Pero lo cierto es que la crisis migratoria se produce en plena tensión diplomática entre el Gobierno y el reino alauí por la acogida de Ghali, quien está hospitalizado en Logroño para recibir tratamiento contra la COVID-19 desde el 20 de abril.

El Ejecutivo ha alegado razones estrictamente humanitarias pero las explicaciones no han satisfecho a Rabat, que ya el pasado 8 de mayo avisó de que extraería "consecuencias", afeando en particular el que no se le notificara de antemano.

Anterior convocatoria en diciembre

Benyaich ya fue convocada al Ministerio de Asuntos Exteriores el pasado mes de diciembre para pedirle aclaraciones sobre las declaraciones del primer ministro marroquí, Saadeddine El Othmani, en las que ha defendido que Ceuta y Melilla "son marroquíes como el Sáhara".

Entonces, la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cristina Gallach, trasladó a la embajadora que el Ejecutivo español "espera de todos sus socios respeto a la soberanía e integridad territorial" de España. Por su parte, Benyaich aseguró al Gobierno español que la postura del reino alauí respecto a las dos ciudades autónomas no había cambiado.

Llamada de Marruecos

Posteriormente, el Gobierno marroquí ha llamado a consultas a su embajadora en Madrid, en un paso más en la crisis diplomática abierta por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y que se ha visto agravada por la entrada de miles de migrantes en Ceuta procedentes de Marruecos, según han confirmado a Europa Press fuentes diplomáticas del reino.

Fuentes diplomáticas marroquíes dijeron a Efe desconocer por el momento más detalles sobre esta llamada a consultas, que eleva la tensión entre Rabat y Madrid a niveles desconocidos en la última década.

Esta llamada a consultas se produce cuando el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se encuentra en la ciudad de Ceuta, adonde llegó en un helicóptero esta misma tarde.

La última llamada a consultas de un embajador marroquí a Rabat se produjo en 2007, cuando Marruecos llamó al entonces embajador Omar Azziman para protestar por el anuncio de la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla.

Poco antes de esta llamada a consultas, la embajadora había sido convocada a la sede del ministerio de Exteriores en España, donde la ministra Arancha González-Laya le expresó su "rechazo" y "disgusto" por la entrada masiva de unos 6.000 emigrantes en la ciudad de Ceuta en las últimas horas.

La ministra de Exteriores le recordó a Benyaich la "corresponsabilidad" en la gestión de las fronteras y expresó además el "deseo" del Gobierno de "mirar al futuro" y "evitar que actos como éstos puedan volver a repetirse".

De igual modo, le pidió el "compromiso (de su gobierno) de que se puedan seguir retornando todos aquellos ciudadanos que hayan entrado de manera irregular" en España, según ha explicado en declaraciones a los periodistas.

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Según el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, España ha conseguido proceder a la devolución de 2.700 de los 6.000 que pasaron, cifra que podría aumentar porque Efe pudo ver que por la tarde continuaba el goteo de devoluciones en la frontera

Laya ha expresado además el deseo de España de mantener "relaciones de buena vecindad" y "estrechas" entre ambos países, según ha relatado en una comparecencia ante los periodistas, en la que no ha aceptado preguntas y no se ha referido a la presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, ingresado en un hospital de Logroño por coronavirus.