El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este viernes el III Plan para la Igualdad de Género en la Administración General del Estado (AGE), que incorpora por primera vez indicadores de impacto para conocer tanto el grado de ejecución como la eficacia de las medidas adoptadas.

El Plan, aprobado en Consejo de Ministros el pasado 9 de diciembre, establece un doble objetivo: abordar las necesidades reales del personal para consolidar la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, y erradicar cualquier forma de discriminación directa o indirecta por razón de sexo.

A diferencia de los dos planes anteriores, incluye solo medidas de carácter transversal a fin de que los diferentes departamentos ministeriales y organismos dependientes puedan desarrollar medidas específicas basadas en sus criterios y acciones comunes.

El plan --suscrito con los sindicatos CSIF, UGT y CIG en la Mesa de Negociación de la AGE el pasado 30 de noviembre-- recoge 68 medidas distribuidas en seis ejes con el objetivo de medir para mejorar, propiciar el cambio cultural, avanzar en la transversalidad de género y trabajar en la detección temprana y abordaje de situaciones especialmente vulnerables.

Estudios con perspectiva de género

Entre las actuaciones incluidas están hacer estudios con perspectiva de género, hacer de la AGE un espacio libre de violencia de género en el ámbito laboral, formar y sensibilizar al personal en la igualdad. diseñar un plan formativo en igualdad, captar y retener talento femenino, y crear las condiciones para acabar con la brecha retributiva.

Asimismo, apuesta por reequilibrar situaciones desfavorables para las mujeres como son las excedencias por agrupación familiar o los permisos para personas con familiares a cargo, por fomentar la formación y el acceso a promoción interna.

Pretende incorporar, por primera vez, la actuación frente a diferentes formas de desigualdad o discriminación al incluir diagnósticos comparados, y también medidas relacionadas con incapacidad, todo tipo de discriminación y atención a la diversidad sexual.

El Plan constata en la plantilla del Estado la existencia de una "segregación vertical" ya que la base está ocupada por mujeres y los extremos siguen estando copados por personas del sexo masculino.