El 'president' de la Generalitat, Quim Torra, presentará este domingo al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, un paquete de 40 medidas que considera indispensables para afrontar la desescalada. Torra ha pedido al Ejecutivo central que actúe con celeridad, que la Generalitat recupere todas las competencias que fueron centralizadas y que ingrese a Cataluña hasta 4.000 millones de euros que calcula como gasto para atender la pandemia del coronavirus.

Desde el Palau de la Generalitat, Torra ha desmenuzado sus propuestas en seis ejes. El primero es que Cataluña "pueda decidir su futuro", porque de otra forma ha señalado que "nos opondremos a toda prórroga del estado de alarma". Una aseveración que choca con ERC, que ya ha replicado varias veces que son los partidos los que negocian por sí mismos en el Congreso de los Diputados y no el Ejecutivo catalán.

El segundo, que "salvar vidas" sea el objetivo central de cualquier decisión en el desconfinamiento y que no ceda a las presiones de los lobbys económicos, sino que se atienda sólo a criterios científicos para decidir sus políticas.

El tercero, que no haga "ningún recorte" y que permita a las administraciones endeudarse, prorrogar los ertes y suspender el cobro de cuotas e impuestos a autónomos y pymes para "asegurar liquidez" a las empresas.

El cuarto, que el importe mínimo vital se aplique "ya" y que se asegure el pago a las familias "con urgencia", al tiempo que se regule "de forma inmediata" el subsidio de conciliación familiar para los que tengan que cuidar de personas dependientes.

El quinto, insiste en "tener toda la soberanía": "Presido un Govern que quiere la independencia de Cataluña", ha espetado, y ha asegurado que con un Estado independiente "tendríamos un país mejor, con más oportunidades para todos y con más justicia social". En este extremo ha solicitado "acabar con el déficit fiscal del 8% del PIB catalán que supone unos 16.000 millones de euros", según su cálculo.

Por último, ha solicitado el apoyo de la comunidad educativa, de los sindicatos y de las fuerzas políticas, al consejero de Educación, Josep Bargalló, para que la escuela catalana "siga siendo un modelo de éxito".