No cabían más sonrisas ni más aplausos cuando Pedro Sánchez presentó con la épica de los mítines un programa electoral elaborado desde el pragmatismo de los números. Porque el futuro no está escrito, pero las circunstancias sí, y en la contingencia del tablero político se lee con claridad la necesidad de pactos que sumen tras el 28-A. Ayer, en Madrid, el candidato socialista dio a conocer su propuesta de país para la próxima legislatura, una agenda que incluye parte de las medidas que se quedaron en el cajón de su despacho por el adelanto electoral e incorpora otras que constituyen guiños tanto a izquierda como a derecha.

Mientras Albert Rivera recibía un sonoro zasca de Pablo Casado como ministrable a Exteriores, mientras Pablo Iglesias denunciaba una (otra) conspiración para derrotar a Podemos, Sánchez expuso su visión para relanzar el proyecto socialdemócrata con iniciativas que le allanan el camino para pactar de un lado u otro, donde las encuestas sitúan sus dos bisagras factibles.

Calló Sánchez sobre el conflicto que más emociones sacude y más controversia genera entre sus aliados y su electorado, Cataluña. Y habló, desde el optimismo, arropado por un fondo de banderas de España y la UE, intercaladas tras él, como símbolo de un país que no está dispuesto a encerrarse en la trinchera de un nosotros excluyente. Reto semiótico, que diría alguien.

Medidas sociales / El programa del PSOE incluye 110 compromisos. En el ala izquierda, las sociales. Incrementar las pensiones en base al IPC real y aumentar en mayor medida las mínimas y no contributivas, para lo que derogará el Índice de Revalorización (IRP), que limita la subida a un máximo del 0,25% en situaciones de déficit en la Seguridad Social.

Sánchez recupera también el ingreso mínimo vital que planteó en su anterior campaña (concepto similar a la renta básica defendida por Podemos) , ahora con el ánimo de luchar contra la pobreza infantil. Promete que el 50% de los niños hasta tres años tendrán plaza en escuela infantil gratuita en el 2025, aumentar los permisos por nacimiento, la gratuidad de la primera matrícula universitaria y seguir incrementando el SMI.

El líder socialista propone una ley de familia, que incluya a todos los modelos familiares y dé apoyo, especialmente a las familias monoparentales (en realidad la inmensa mayoría son monomarentales). Estas, recibirán la consideración de familia numerosa especial (para tener derecho a mayores ayudas) si tienen dos o más hijos.

Sánchez se compromete a impulsar también una ley contra la violencia infantil, a modificar la regla de gasto (normativa que asfixia a los ayuntamientos, gran caballo de batalla de Manuela Carmena y Ada Colau), y a aumentar la fiscalidad ambiental.

El guiño al ecologismo está en el «Green New Deal», etiqueta que le toma prestada a la congresista demócrata estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez. Se compromete también a regular la publicidad de los juegos de azar y las apuestas on line, una lucha iniciada por el errejonista Emilio Delgado en la Asamblea de Madrid.

Todas ellas son medidas que le acercan a Podemos.

medidas para CIUDADANOS / Pero también hay ambigüedades y propuestas que pueden convencer a Ciudadanos en una mesa de negociación. Desaparece el impuesto a la banca, la reforma laboral se queda en derogar los aspectos que el PSOE considera lesivos, y no se menciona directamente el impuesto al diésel (que queda en una redacción ambigua) mientras se impulsan propuestas para favorecer a las empresas de automoción con un plan estratégico millonario. Propone el PSOE también varias medidas para potenciar el emprendimiento, apoyar a las pymes y aumentar los derechos de los autónomos.

Quizá lo que más allana el camino es lo que no está escrito: no hay referencias comprometidas al modelo territorial. Sánchez defendió en su carrera a la secretaría general del PSOE el concepto de plurinacionalidad y propuso la reforma constitucional para avanzar hacia una organización federal.

Ahora apuesta por el Estado autonómico reforzado. «Fortaleceremos el modelo autonómico como instrumento fundamental de reconocimiento de la singularidad y las opciones políticas propias de cada comunidad autónoma, del desarrollo equilibrado de todas ellas, de la mejora de los servicios públicos y la garantía de la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos en España», explicó Sánchez en la presentación de su programa.

Sabedor de que a mejor resultado electoral mayor fuerza negociadora, el candidato socialista lleva días apelando a una gran participación el 28-A que frene la suma de las derechas y dé alas al PSOE: «España necesita un gobierno fuerte, que hable con todas las fuerzas políticas, pero que dependa de sus propias fuerzas».