Autocrítica y ataques a los «poderosos» fueron los ejes sobre los que Pablo Iglesias tejió el discurso con el que regresó al panorama político. El secretario general de Podemos aseguró que sus palabras llegaban cargadas de «verdades» que, en un futuro, puede que tenga que pagar. Y la verdad es que impactó a todos los asistentes al reconocer que «Podemos ha decepcionado a mucha gente» durante los últimos años. Una reflexión que fue a más, hasta llegar a admitir que han dado «vergüenza ajena» con sus constantes peleas internas. También cargó contra los que, según él, «mandan más que cualquier diputado» y a los que no dudó en poner apellido: «Ortega, Botín, Pérez, Fainé...». Esta fue otra de esas afirmaciones que, cree, le podrá pasar factura: «Quizá nos lo hagan pagar caro pero no me da miedo».

Ante una multitud que no llegó a llenar la madrileña plaza del Museo Reina Sofía, lugar icónico donde los morados han celebrado siempre sus éxitos electorales, Iglesias volvió al ruedo tras tres meses de baja por paternidad. Parece que este tiempo le ha permitido pensar, y mucho, en los aciertos y errores del partido. Por delante puso las críticas, las peleas por los sillones y las luchas por los puestos que han puesto a la formación morada en el foco mediático demasiadas veces. «Sé que he decepcionado a mucha gente», sentenciaba, cargando sobre sus espaldas toda la responsabilidad.

No obstante, sus errores van más allá de la vida interna del partido. El líder de Podemos admitió no haber sido lo suficientemente contundentes a la hora de defender sus propuestas: «Nos hemos callado muchas cosas porque nos creímos eso de la cortesía parlamentaria». En este sentido, Iglesias lamentó su «incapacidad» para cambiar las reglas del juego de la política nacional». Antes de poner encima de la mesa los fallos de su partido, Iglesias ya había emprendido su ataque contra las multinacionales, fondos buitres y medios de comunicación.

CONTRA LOS PODEROSOS / El Parlamento no tiene el poder que debería tener, en España hay 20 familias que mandan más que el Congreso», sentenció bajo los gritos de aprobación de los presentes. Una denuncia que, considera, atraerá los ataques de los «poderosos».

Iglesias, tirando de un argumento habitual de las filas moradas, lamentó que el Gobierno de Pedro Sánchez no haya sido capaz de hablar con las eléctricas y con los bancos: «Hay que tener el coraje de sentarse con los poderosos de verdad y saber a quien representas».

También estuvo presente en su discurso el conflicto catalán, un tema que los morados intentan evitar para que no cope el debate público y no desplace los asuntos sociales. Sin embargo, Iglesias volvió a pedir para Cataluña «fraternidad, diálogo y reconciliación». Un momento que aprovechó para criticar el «patriotismo» de PP, Cs y Vox: «Que las banderas no tapen la dignidad de un pueblo que habla muchas lenguas».

Los morados quisieron dejan claro que pese a los malos resultados que les dan la demoscopia aún quedan muchas semanas para que los ciudadanos lleguen a las urnas. «Estamos vivas y vamos a por todas», sentenció la coportavoz del partido, Noelia Vera, respaldada por la número dos del partido, Irene Montero, que, con rotundidad, aseguró que «salen a gobernar».

En el acto también estuvieron presentes otros dirigentes del partido -Pablo Echenique, Noelia Vera, Rafa Mayoral, Iones Belarra- y los líderes de las confluencias -Alberto Garzón (Izquierda Unida), Jaume Asens (En Comú Podem) o Juantxo Uralde (Equo)-. Iglesias aprovechó su presencia para lanzar su lema de campaña: «La historia la escribes tú».