Con la mirada crítica de cualquier tiempo pasado fue mejor y con dardos directos a los partidos «separatistas» y a Ciudadanos. Alertando de las consecuencias de la crispación, «porque cuando ocurre en el Congreso, después se bajan todos a tomar café, pero si trasciende aguas abajo, a la calle, hay peligro». Y argumentando que «ahora se dan respuestas simples a problemas complejos, como buscar un culpable, no explicar una solución». Con estas palabras, el expresidente del Gobierno Felipe González abrió ayer en Cáceres Los desayunos de El Periódico Extremadura. Impartió la conferencia La Constitución, construir convivencia coincidiendo con el 40º aniversario de la Carta Magna. Estuvo acompañado por el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que lo presentó como «el hombre que cambió su partido para poder cambiar su país», y por el director del rotativo, Antonio Cid de Rivera.

Felipe González abogó por actualizar la Constitución de 1978 con los «inmovilistas y liquidacionistas», refiriéndose a los que «piden aplicar el 155 hasta para tomar café» y los que «convocaron un referéndum ilegal». «Es obvio que hay que reformar el título octavo porque cuando empezamos, la estructura territorial de España era municipio, provincia y Gobierno central».

Pero lamentó que ahora prevalece la descalificación frente al análisis crítico. Y añadió como referencia: «Entonces veníamos de trincheras diferentes, hoy parece que el propósito es cavar trincheras donde no las hay».

Quien fuera presidente socialista de España entre 1982 y 1996 defendió que la Constitución les dio libertad y garantía democrática. Y, como ejemplo, quiso citar al historiador José Alvarez Junco, que hace unos días declaraba: «En los años 30 la crisis catalana habría costado mil muertos».

Cuestionar el papel y la necesidad de que exista el Senado y cambiar la ley electoral también deberían formar parte, a su juicio, de esa revisión de la Carta Marga.González se mostró «asustado» por la crisis institucional que vive el país. Cargó contra Ciudadanos por proponer que no se indulte a los presos del procés: «Estos señores, constitucionalmente, tienen todos los derechos, incluso la presunción de inocencia». Agregó: «Si queremos tener cierta superioridad democrática, debemos ser muy rigurosos con el respeto de las garantías constitucionales».

El temor también le viene, dijo, por la crisis en el ámbito de la Justicia: «Porque judicializamos los problemas políticos porque no tenemos talante ni talento para resolverlos. O cuando los perdemos en la Cámara optamos por personarnos ante la justicia para ganarlos, y esto se convierte en un hábito permanente».

«Llega un momento en que el destino de España como estado social -apostilló- lo ponemos en manos del juez instructor del Tribunal Supremo, no en manos del presidente del Gobierno».

Citó el renombrado artículo 155 de la Carta Magna para apoyar su argumento: «Es una mecanismo político, no judicial».

EL ABANICO DE PARTIDOS / Felipe González también quiso referirse al abanico de partidos políticos y recordó que cuando llegó la democracia también había extrema derecha. «Sí, lo digo yo: son de extrema derecha, ¿por qué no quieren definirlo?», insistió para lanzar un nuevo ataque a Ciudadanos. El líder de la formación naranja, Albert Rivera, evitó calificar así a Vox en una entrevista ayer en la Cadena Ser. «Igual que existen partidos de extrema izquierda y sus dirigentes dirían: ‘sí, a mucha honra’», añadió en referencia a la líder de Podemos en Andalucía.