Pablo Casado ganó las primarias a Soraya Sáenz de Santamaría con el apoyo clave de María Dolores de Cospedal. La exsecretaria general del PP no pasó a la segunda ronda y cuando tuvo que elegir entre Casado y Santamaría lo tuvo claro. Respaldó al político palentino, una apuesta a la que se sumaron algunos miembros de su campaña como los exministros Dolors Montserrat, Isabel García Tejerina, Rafael Catalá y Juan Ignacio Zoido. A todos «integró» Casado como agradecimiento. Ahora, ese peso indirecto de Cospedal en el PP empieza a ser un problema.

El Confidencial y Moncloa.com aseguraron ayer que el empresario Ignacio López del Hierro, marido de la exsecretaria general, utilizó presuntamente al excomisario José Manuel Villarejo para conseguir información privilegiada de las investigaciones contra la corrupción que afectaban al PP y evitar que algunas causas prosperaran. Según lo publicado, en las grabaciones realizadas por Villarejo, en prisión por delitos de cohecho, blanqueo y organización criminal, López del Hierro supuestamente actuó como mediador entre el PP y el expolicía para que este ayudara a torpedear las investigaciones de la Gürtel, el caso Brugal (PP de Alicante) y la operación Umbra (Murcia).

«COSAS» DE «HACE AÑOS» / En los audios, el marido de Cospedal dice: «Es que me preguntaba nuestra amiga... Dice, oye mira a ver si tu amigo sabe por dónde van a ir estos». Se escucha a Villarejo contarle que ha avisado al Partido Popular de Valencia para que destruya material comprometedor. El encarcelado apunta que avisó a Juan Cotino (entonces vicepresidente tercero de Francisco Camps y exdirector general de la Policía).

La exsecretaria general del Partido Popular emitió un comunicado en el que admitió esos contactos y añadió que esas conversaciones «no cambiaron nada» los casos judicializados, algo imposible de demostrar porque alguna persona pudo destruir pruebas de posibles delitos. En la sede nacional de la calle Génova se remitieron a ese texto y no se quiso abundar en «cosas» que «son de hace años».

Así las cosas, el actual líder de la oposición, Pablo Casado, tiene dos nuevas dificultades. La primera es que verá más difícil seguir con su estrategia de oposición a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, afectada también por las grabaciones del excomisario Villarejo. Desde que estalló el escándalo, los portavoces populares la han atacado a destajo y han pedido su reprobación en el Senado.

La segunda es que Cospedal sigue siendo diputada y con ascendencia en el partido. Fuentes de la dirección señalaron que debe ser ella la que en todo caso decida dejar el acta.