‘Volem votar’ es la proclama por excelencia de quienes sostienen que, deseen o no la independencia, la inmensa mayoría de los catalanes quieren expresar su opinión en un referéndum. Y cientos de veces han repetido los dirigentes soberanistas que ese porcentaje de partidarios del «derecho a decidir» se encarama hasta el 80%. Sin embargo, un año después de las convulsiones del otoño del 2017 y con el cambio de inquilino en la Moncloa de por medio, el Barómetro Político de Cataluñaa del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para el Grupo Z puntualiza bastante este mantra. Es cierto que casi el 70% de los catalanes piden hoy un referéndum, pero no todos en esta mayoría apuestan por votar la ruptura con España. A la pregunta de si preferirían un referéndum sobre la independencia o uno sobre la mejora del autogobierno, el 42,4% de los entrevistados se inclinan por una consulta independentista, mientras que el 27,2% se decanta por votar una mayor autonomía, lo que equivaldría a una reforma del Estatut. El 26,5% rechaza cualquier referéndum. En el precedente más cercano del GESOP, del pasado abril, el respaldo a un referéndum llegaba al 78,7%, aunque en aquel caso no se planteaba la disyuntiva entre consulta secesionista o autonomista. Entonces aún gobernaba Cataluña el 155, Quim Torra todavía no era president y Mariano Rajoy residía en la Moncloa, por lo que la vía de la reforma estatutaria estaba en aquel momento bloqueada. Pero el contexto ha cambiado y el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto sobre la mesa una oferta para negociar y votar una mejora del autogobierno catalán. Una opción que agrada a la mayoría de los sondeados. El 56% considera que la Generalitat debería explorar esta vía y aparcar el proceso independentista, aunque un 34,8% no da credibilidad a Sánchez y opina que Cataluña debe seguir el camino hacia el estado propio. Una quinta parte de quienes se sienten independentistas abogan por negociar una reforma del Estatut.