Sin sorpresas. El presidente del Gobierno ha confirmado ante el Congreso que más allá de la "consternación" por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, España no suspenderá la exportación de armanento y mantendrá las relaciones comerciales con Arabia Saudí. Pedro Sánchez ha reconocido la "complejidad" de su decisión y ha sugerido su incomodidad por la determinación de ser prudente y no poner en juego los contratos millonarios de las empresas españolas en Riad.

"Siempre he creído que la política es convertir los ideales en realidades. No siempre se puede conseguir", ha admitido, "en ocasiones lleva más tiempo de lo que alguien pudiera desear cuando lleva solo cuatro meses en el Gobierno".

El presidente ha pedido a sus socios parlamentarios, que le reclaman congelar las relaciones con los saudíes, que tengan en cuenta "el peso" de los movimientos económicos y ha apelado al Congreso a "salvaguardar el interés general", con una mención explícita a la compleja situación que atraviesan los astilleros de Navantia, en la bahía de Cádiz, donde se construirán cinco fragatas para Riad, por valor de 1.800 millones de euros.

"NO ESTÁ A LA ALTURA"

No ha conseguido convencer a su principal socio parlamentario. Pablo Iglesias ha reclamado a Sánchez que suspenda de inmediato la venta de armas a Arabia Saudí, que revoque los contratos firmados por el anterior Gobierno y que busque compradores alternativos. El líder de Podemos ha opinado que el Ejecutivo no ha estado "a la altura" del espíritu de la moción de censura y ha reprochado al presidente emplear en su discurso el eufemismo "material de defensa" en lugar de referirse directamente a armas o bombas.

"Sé que en el fondo está de acuerdo conmigo, que usted sabe que no debemos vender armas a Arabia Saudí y que deberíamos revocar esos contratos", ha señalado Iglesias para pedirle que supere las "enormes presiones" y tenga valentía para paralizar esas relaciones con Riad.

En la misma línea, la portavoz de los 'comuns, Lucía Martín ha criticado que el Gobierno apoye "los intereses de los amigotes del Rey emérito" en Riad.

El presidente del PP, Pablo Casado, ha criticado la posición del Gobierno y ha reprochado a Sánchez que no critique la situación en Venezuela por la presión de Podemos.

Desde Ciudadanos, Albert Rivera ha asegurado que se deben "respetar" los "contratos vigentes" y también "los derechos humanos", pero no ha explicado cómo. El líder naranja ha incidido en la falta de concreción de Sánchez sobre lo que hará con los "futuros contratos" de venta de armas a Arabia Saudí. Como Casado, Rivera se ha detenido en Venezuela, abogando por aprobar "sanciones" frente a "los chavistas".

"CASADO NOS FUSILARÍA"

El momento de mayor tensión ha llegado con la intervención del portavoz de ERC. Joan Tardà ha exigido paralizar la venta de armas a Arabia Saudí por el uso que hace de ellas en la guerra de Yemen y ha pedido al Gobierno firmeza para frenar la deriva de la derecha hacia la radicalización. "¿Cómo vamos a parar a la extrema derecha si ustedes que son los progresistas actúan como están actuando?¡Si el señor Casado nos fusilaría! ¡De hecho ya lo dijo!", ha afirmado. El republicano se refería a las polémicas declaraciones del líder del PP en las que advertía que Carles Puigdemont podía terminar como el 'president' Lluís Companys, que fue fusilado.

PDECat se ha unido a la petición de suspender la venta de armamento a Riad y ha sugerido que el Ejecutivo apruebe políticas económicas para apoyar a los sectores que quedarían afectados por esta decisión al perder contratos millonarios.

Aunque Sánchez en el inicio de su intervención ha mencionado una "propuesta" para que haya mayores controles de verificación y transparencia en las armas que España exporta, lo cierto es que no la ha concretado y se ha limitado a señalar las contradicciones que implica gobernar un país. "La política es el arte de conciliar intereses y les pido discernir con claridad esos intereses en conflicto", ha pedido a los partidos que le apoyan en el Congreso.