Publicada en internet la tesis de Pedro Sánchez, sometida a dos controles de plagio de los que ha salido bien parada, el Gobierno se esforzó este viernes en dar por cerrado el caso, en el que la trayectoria académica del presidente se ha puesto en cuestión, con acusaciones por parte de algunos medios de haber copiado, falsa autoría y tratos de favor. El Ejecutivo señaló que la polémica «nada tiene que ver con la verdad», rechazó que Sánchez comparezca en el Congreso sobre este asunto y exigió a PP y Cs que se disculpen por un comportamiento «indeseable» con el que han buscado «abatir» al líder socialista. Pero ni populares ni naranjas quieren aflojar. Ambos insistieron en que Sánchez debe rendir cuentas en el Parlamento, algo que en principio no ocurrirá, al no tener el apoyo de ningún otro grupo.

A las ocho de la mañana, la Moncloa divulgó una nota. «La tesis del presidente Sánchez supera ampliamente los ‘softwares’ de coincidencias», se titulaba. El escrito explicaba que habían utilizado dos herramientas de prestigio, Turnitin y PlagScan, para comprobar si las acusaciones de plagio estaban sustentadas. No lo estaban. Los programas, por su diferente metodología, dieron porcentajes de coincidencias distintos, el primero de un 13% y el segundo de un 0,96%, pero ambas cifras entran dentro de lo normal en estos trabajos. A la una se colgó la tesis en internet. Exámenes imparciales dieron el mismo resultado. Poco después, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, intentaba dar carpetazo al caso.

Pero la controversia en torno a la tesis sumada a la dimisión de Carmen Montón y al viraje en la venta de bombas a Arabia Saudí han hecho mella en el Gobierno. La portavoz se encargó de trasmitir señales poco habituales.

Las críticas a la oposición no son la norma en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, pero Celaá optó esta vez por cargar contra Albert Rivera y Pablo Casado, a los que pidió que «estén a la altura», sin llegar a exigir al líder de Ciudadanos que aclare los cambios en su currículum y al del PP que presente sus trabajos en un máster que está siendo investigado por el Supremo. El Gobierno deja esos mensajes para el PSOE.

«El presidente está fuerte, firme y con la profunda convicción de que todo el caso nada tiene que ver con la verdad, que ha sido para montar ruido, para abatir al Gobierno. Francamente, este asunto ha sido muy indeseable», dijo Celaá. La portavoz pasó entonces a hacer algo más aún menos frecuente: criticar a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, por «consentir» que Rivera, el miércoles en la sesión de control, dejara un lado la pregunta que había registrado e interrogara a Sánchez por su tesis. Fue ahí donde empezó la controversia.

Para la portavoz del Gobierno, PP y Cs «han trabajado con una sola voz» y ahora «toca pedir perdón» a Sánchez. El líder socialista, en el mismo sentido, no tiene intención de comparecer en el Congreso. «La tesis está bien configurada, presentada en tiempo y forma y sometida a controles», aseguró Celáa sin aclarar si sigue en marcha el anuncio de iniciar acciones legales contra Abc y Ok Diario, medios que han acusado al jefe del Ejecutivo de plagio. La portavoz se limitó a reclamarles una «rectificación».

En el PSOE, mientras tanto, no creen que la controversia vaya a quedar aquí. Hay preocupación por los efectos que puede tener en la imagen de Sánchez.

Casado mostró su deseo de que Sánchez copie su manera de actuar y dé «todas las explicaciones» sobre la tesis, como hizo él el 10 de abril, cuando reunió a periodistas para defenderse de su caso máster. Ante un reportero que le recordó que no dejó tocar los trabajos que supuestamente elaboró, respondió que los redactores sí pudieron «consultarlos» y añadió que se publicaron el «número de páginas, los autores citados en la bibliografía y hasta el contenido»,

Lo que no dijo es que esos detalles los facilitó él durante la reunión, informa Pilar Santos.