El pleno del Parlament, el primero de Quim Torra ya elegido como president, se suspendió por un lazo amarillo. Carlos Carrizosa, portavoz de Ciutadans, se quejó porque había uno delante de ellos, en la bancada que corresponde al Govern (y que estaba vacía, al no haberse constituido todavía). Reclamó a Roger Torrent que se retirara y, ante la negativa, lo hizo él mismo, provocando que el presidente del Parlament suspendiera el pleno que no llevaba ni media hora.

Elsa Artadi había colocado el lazo al principio del pleno. Con sigilo, desde Cs habían hecho que se cayera, pero la propia Artadi lo había vuelto a poner de pie. Carrizosa pidió la palabra para decir que o se retiraba el símbolo o lo harían ellos mismos. «No convierta esto en una olla de grillos o un patio de escuela. Les pido, les exijo que no lo retiren», le afeó el presidente del Parlament visiblemente molesto. Carrizosa hizo caso omiso y lo retiró. «No es nadie para quitar símbolos de este pleno. O lo vuelve a va poner en su sitio o suspendo el pleno», le avisó Torrent. Y así lo hizo. Una hora después se reemprendió el pleno, con Torra llevando el lazo de la polémica en sus manos, que colocó a su vera, como habían acordado los portavoces, excepto la CUP.

También en las playas hay tensión con los símbolos amarillos. Mañana está convocada una plantada de cruces en la playa de Mataró. Su alcalde, David Bote, ha hecho un llamamiento a los organizadores y detractores a «evitar el conflicto». Y la propia Generalitat ha advertido de la ilegalidad que esto supone, y los Mossos y la Policía Local la evitarán.

Y en este ambiente, el presidente catalán, Quim Torra, envió ayer una carta al presidente Mariano Rajoy pidiéndole que «restablezca la normalidad institucional» en Cataluña y que desbloquee el Govern y para ello le ha ofrecido abrir un «diálogo sincero».