El gobierno municipal de Ada Colau retiró ayer de la fachada del Ayuntamiento de Barcelona la pancarta de Llibertat presos polítics (Libertad presos políticos), tras recibir la orden de la junta electoral provincial de Barcelona que considera que dicha pancarta vulnera la «neutralidad institucional». El organismo electoral razona que la pancarta y cualquier símbolo similar rompen la «neutralidad institucional» que debe presidir el proceso electoral.

Las reacciones de los diferentes grupos municipales no se hicieron esperar y, mientras PDECat, ERC y la CUP se oponían a esa retirada, C’s y PP amenazaban con más denuncias contra «acciones de propaganda».

El PDECat pidió ayer a la alcadesa que presente un recurso ante la orden de la junta y, en declaraciones a los medios, su portavoz, Jaume Ciurana, señaló que le gustaría que esta «se pronunciara sobre si considera neutralidad institucional que haya candidatos que no pueden hacer campaña porque están o bien encarcelados o bien en el exilio». ERC, por su parte, afirmó que la Junta pretende una imagen de «falsa normalidad que no existe», según su portavoz Jordi Coronas, y que la mejor manera de no tener pancartas en favor de la libertad de los «presos políticos» es «no tenerlos».

La CUP fue más allá del recurso y pidió «dejar de acatar» órdenes que «atentan contra la libertad de expresión», según la edil de este grupo, María Rovira.

PP Y C’S / La denuncia ante la junta electoral provincial la había presentado Ciudadanos, quien ha avisado que también llevará ante dicho órgano otras «acciones de propaganda» que pueda impulsar el consistorio, como «los lazos amarillos o la iluminación de fuentes», según su portavoz, Carina Mejías. Una medida que el Partido Popular ya ha llevado a cabo, tal como anunció el presidente de su grupo municipal, Alberto Fernández Díaz, a través de su cuenta de Twitter.