La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha llamado al orden esta semana al diputado de ERC Gabriel Rufián por sus controvertidos discursos en la Cámara baja. Después de reconvenirle en varias ocasiones en el hemiciclo, Pastor le llamó el pasado martes a su despacho para apercibirle en privado y recordarle la importancia de mantener el debido respeto y las formas en sede parlamentaria con el objeto de preservar la imagen de la institución.

Desde que ocupó su escaño en el Congreso, el 13 de enero del 2016, el parlamentario republicano se ha caracterizado por un estilo calificado por muchos de provocador.

Como muestra de este estilo, hay numeroso ejemplos, entre los que destacan la pregunta de control al Gobierno en la que esgrimió una impresora para pedir al Ejecutivo que dejase de "perseguir impresores" (en alusión a los registros en plantas que imprimieron papeletas del 1-O); cuando llamó "miserable" al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, por los desencuentros para reunir a la Junta de Seguridad de Cataluña; o cuando acusó al Gobierno de haber mandado a "salvajes" a "apalear" a los catalanes que fueron a votar en el referéndum mientras mostraba imágenes de heridos en las cargas policiales del 1-O.

LAS ESPOSAS

El penúltimo capítulo, y el que parece que agotó la paciencia de Pastor, tuvo lugar el pasado 15 de noviembre, cuando Rufián sacó unas esposas y, dirigiéndose a Zoido, le espetó: "Este es el diálogo que aplicaron ustedes con el Govern. Esto es lo que les puso en las muñecas antes de pasearles por Madrid y encarcelarles (...). Ojalá un tal M. Rajoy esté un día de estos con unas de estas".

En la última sesión de control, que tuvo lugar el miércoles de esta semana, un día después de su reunión con Pastor, Rufián prescindió de llevar objetos para apuntalar su discurso, pero no renunció a su verbo afilado. "¿Si ganamos (el 21-D), no veremos a la señora Cospedal llamando a filas el Ejército, no veremos a la policía dando porrazos, no veremos a políticos en la cárcel? ¿Si ganamos, no veremos juicios prácticamente inquisitoriales en los que casi se hace besar la bandera española, no le veremos facilitar la fuga de empresas? El 21 de diciembre, ¿se comportarán como carceleros o como demócratas?", preguntó a Mariano Rajoy.