En el anecdotario del 'caso Palau' ocupan un lugar privilegiado las bodas de las hijas de Fèlix Millet que pagó la institución musical, especialmente la de la menor, Clara, pues el consuegro abonó al entonces presidente de la entidad 40.000 euros pensando que iban a pachas. En su comparecencia de este miércoles, el saqueador confeso ha tratado de justificar a preguntas del fiscal los motivos de aquella actuación y ha mantenido la tesis que mantuvo en el 2010 ante el juez de instrucción, cuando incluso habló de cómo se lo había tomado su consuegro.

Según Millet, la razón por la que se celebraron los banquetes nupciales de sus hijas no fue otra que la de hacer "publicidad" del edificio. "Recuerdo que los suegros de mi hija Clara no querían hacer la boda en el Palau, pero en el Palau se me dijo que sería bueno para hacer publicidad y que la gente supiera que allí se hacían bodas. El 80% de las personas que asistieron eran miembros, patronos del Orfeó o empresarios, no familiares", se ha justificado. Incluso se ha jactado que después de aquello se celebraron cinco o seis enlaces en el Palau. La propaganda funcionó, ha venido a decir.

LA EXPLICACIÓN DE HACE SIETE AÑOS

Hace siete años, durante la instrucción, Millet ya alegó que las bodas de sus dos hijas en el Palau de la Música sirvieron para promocionar el auditorio y "realzar" los cambios que estaba experimentando el edificio modernista. ¿Cómo? Pues muy simple. Los enlaces fueron recogidos por los medios de comunicación y en las listas de invitados figuraba lo más granado de la sociedad catalana, desde empresarios hasta políticos. De acuerdo con su versión, era una forma de mostrar la remodelación del inmueble. Es decir, a su entender actuaba en beneficio de la institución que dirigía, pues era una manera de hacer publicidad.

Los documentos aportados al juzgado desvelaron que los gastos de las bodas de las dos hijas de Millet, con un coste cercano a los 200.000 euros, corrieron a cargo de la institución. El enlace de Clara Millet se celebró en junio del 2002 y costó 80.000 euros (de los que 40.000 los pagó el consuegro). Se casó en la iglesia de Santa Maria del Mar y en la ceremonia participó el Cor de Cambra del Palau. Tras las fotos, los invitados acudieron al auditorio. El escenario y la platea se transformaron en un colorido salón donde Prats-Fatjó, empresa de cátering que trabajaba habitualmente para el Palau, sirvió el convite. Dos años antes, el edificio modernista ya había acogido el banquete nupcial de la hija mayor de Millet, Laia. Este costó 129.000 euros.

LA REACCIÓN DEL CONSUEGRO

El acusado también desveló entonces que uno de sus consuegros no quería que la boda se celebrara en el Palau. Eso sí, el padre de su yerno acabó pagando a Millet la mitad de la factura, cuando los gastos corrieron a cargo de la entidad, revelación que creó tiranteces familiares.