Que Fèlix Millet no daba puntada sin hilo quedó plasmado definitivamente en la documentación de la que se incautaron los investigadores del 'caso Palau'. El expresidente de la institución musical era un adicto a la correspondencia como medio para pedir favores y fortalecer relaciones con empresarios y políticos de distinto color. En las dos décadas que el saqueador confeso estuvo al frente de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música Catalana fueron centenares las cartas que envió a algunas de las personas con más poder e influencia tanto en Cataluña como en el conjunto de España.

Para muestra, Artur Mas y José María Aznar.

Con fecha de 10 de julio del 2006, el entonces prohombre barcelonés envió una carta al "secretario general" de CDC que comenzaba de la siguiente manera: "Apreciado amigo: te dirijo estas líneas para invitarte, juntamente con tu esposa y con quien tú quieras, a cenar en la terraza de mi casa en Menorca donde ambos pasamos las vacaciones. Yo tengo previsto estar en Fornells [la localidad donde veranea también Mas] del 6 al 19 de agosto y, dentro de este periodo, dejo a tu elección el día".

Siete años después, en julio del 2013, cuando ya era presidente de la Generalitat, Mas compareció en la comisión de Afers Institucionals del Parlament para dar explicaciones sobre el 'caso Palau' y admitió que alguna ocasión se vio a solas con Millet incluso en Menorca, donde el saqueador confeso del Palau veraneaba, aunque no concretó cuándo se produjeron aquellos encuentros. Sí subrayó, no obstante, que nunca habló con él de los asuntos financieros de CDC. "Él sabía que yo no tenía nada que ver con las finanzas del partido", agregó el mandatario nacionalista.

"VOLVER A COMPARTIR UNA VELADA" CON AZNAR

El 10 de julio del 2003, el destinatario de otra carta de Millet fue el entonces presidente del Gobierno central, José María Aznar, a quien también informaba de que pasaría "unos días de descanso" en Menorca. "Sería, para mi esposa y para mí, un placer que, tal como hicimos el año pasado, quisierais volver a compartir una velada con nosotros", afirmaba. Y ojo con ese "quisierais volver a compartir", porque demostraba que no era su primer encuentro en la isla.

Los contactos de Millet con Aznar, sin embargo, no se limitaban únicamente a Menorca. El exdirigente del PP y su esposa, Ana Botella, habían visitado un año antes el Palau de la Música para ver las obras de ampliación que corrieron a cargo del arquitecto Óscar Tusquets. Aparte de esas citas, el exdirigente de la institución musical mantuvo los gestos de cordialidad un año después con una carta a Botella que acompañaba con un ejemplar del libro 'Mis ocho años en la Moncloa' para que la esposa del exjefe del Ejecutivo central se lo devolviera dedicado "para guardarlo en un lugar destacado" de su biblioteca.