Patxi López (Portugalete, 1959) ha sido el primero en dar un paso al frente para presentarse a las primarias para la secretaría general del PSOE. El exlendakari, exdirigente de los socialistas vascos, expresidente del Congreso y miembro de las dos últimas ejecutivas asegura que puede «coser» las heridas de su partido. Hasta hace dos días estaba detrás de Pedro Sánchez, ahora se le ha adelantado y puede que tenga que enfrentarse a él ante los militantes. A los que le acusan de que «no gana elecciones» les dice que demostró en Euskadi que sabe hacer las dos cosas que, a su juicio, el PSOE necesita ahora: «unir el partido» y «hacer un proyecto para gobernar».

-Usted votó en la investidura lo que decidió el comité federal pero defendía que era mejor ir a terceras elecciones. ¿Cuál era el límite? ¿Llegar a cuartas, a quintas?

-No, esa era la consecuencia, yo pedía, y lo hice en el comité federal, no avalar un Gobierno del PP. Porque se nos decía que el PSOE debía pensar en España y los ciudadanos. Yo pensaba en España y en los ciudadanos y creo que para ellos es fundamental que el PSOE esté fuerte para contrarrestar a la derecha. Lo fundamental era ser capaz de ser la alternativa y no ir a un PSOE débil e irrelevante.

-¿Ahora es débil e irrelevante?

-A la ciudadanía le va a costar olvidar que dejamos al PP gobernar.

-Pedro Sánchez dimitió y renunció al acta. Ahora usted ocupa un escaño y cuenta en su equipo con algunos de sus colaboradores. ¿Sánchez tiene motivos para estar molesto?

-Espero que no, yo lo que hago es defender un modelo de partido. Me he presentado con dos objetivos: unir al partido, integrando la pluralidad que hay en su seno, y decidir con qué nos presentamos ante la sociedad.

-¿Hasta qué punto puede presentarse como un renovador si lleva 30 años con cargos relevantes y ha estado en las dos últimas ejecutivas?

-Asumo toda la herencia del PSOE, pero también soy consciente de que los socialistas debemos recuperar la política para gobernar la economía y ponerle reglas para que se reparta el esfuerzo y se redistribuyan equitativamente los beneficios.

-¿Ve posible la abstención del PSOE en los Presupuestos del 2017?

-Yo no entendería el aval del PSOE, con el voto a favor o la abstención, a unas cuentas con más recortes; se está recortando la vida a la gente. Tampoco unos Presupuestos que no toquen los ingresos. Podemos cumplir con Europa si reequilibramos.

<b>-¿Y qué pasa si Mariano Rajoy aprieta el botón rojo de las elecciones?

</b>-Ese lo tiene siempre. Hay acuerdos razonables, pero eso no quiere decir que el PSOE tenga que estar sacando las castañas del fuego al PP.

-No ha salido el nombre de Susana Díaz y empieza a ser raro. Es sospechoso que todos le acabemos preguntando si ha pactado con ella.

-Es un bulo que se instaló incluso antes de que me presentara. Creo en el derecho de los militantes a elegir. Llegaré hasta el final.

-En el PSOE la opinión de los barones pesa bastante entre la militancia del partido. No está claro qué barones socialistas están con usted.

-La militancia se va soltando.

-¿No harán caso a Díaz y a lo que digan los principales barones?

-Me parece antiguo esto de los aparatos y los secretarios generales imponiendo. Esto ya no pasa en el PSOE.

-Pasó hace poco con Sánchez y el apoyo que recibió de Díaz.

-Los militantes eligieron. ¿Qué pasa? ¿Que si vamos a una concurrencia en la que estamos Pedro, Susana y yo, y gana Susana, es porque ha impuesto o porque ha convencido? Me voy a alejar de esto de que uno impone y el resto son corderitos.

-Insiste en que se presenta a secretario general. Entiendo que también le gustaría aspirar a la Moncloa.

-No entiendas nada. Si no unimos el partido y no tenemos un proyecto dará igual el cartel electoral.

-¿Cómo vería un PSOE bicéfalo?

-En dos casos que hemos tenido bicefalia no nos ha salido bien, pero no me estoy planteando esta cuestión.

-Se ha abierto el debate sobre la acumulación de cargos. ¿Ve compatible que Díaz sea secretaria general y presidenta de Andalucía?

-La secretaría general del PSOE necesita dedicación plena. Estamos en unas circunstancias en las que hay que dedicar 25 horas al día a conseguir unir y fortalecer al PSOE.

-¿Ni siquiera si fuera temporal?

-He dicho lo que creo.

-Los de Díaz afirman que ella «gana elecciones» y que «Patxi no gana elecciones». ¿Qué les diría?

-Que yo alguna experiencia tengo en las dos cuestiones que me propongo. En unir al partido, porque al ser elegido en el PSE logré un respaldo a la dirección del 99,8%, y también al hacer un proyecto en circunstancias y un territorio difíciles para el PSOE, para llegar a gobernar y cambiar la historia de un país.

-Este viernes hay otra reunión entre el PSC y el PSOE. ¿Qué hay que hacer con un miembro del comité federal que no secunde una decisión votada en ese órgano?

-Tenemos un convenio con el PSC desde hace 40 años, y es revisable, pero hay que hacerlo para poder reforzar la relación, no para romperla. Otra cuestión es si los socialistas catalanes no pueden participar en las decisiones que tome el PSOE. Eso no lo comparto.

-¿Cómo se refuerza la relación entre ambos partidos?

-Entendiendo que el proyecto socialista en Cataluña lo defiende el PSC y el proyecto del PSC en España lo defiende todo el PSOE.

-¿Cómo? ¿Asumiendo postulados que defiende Miquel Iceta o conteniendo al PSC?

-Estoy marcando una regulación orgánica. Si pasamos a la política, hay una confluencia en el documento de Granada. Me parece una guía razonable porque la reforma constitucional es algo que los socialistas ofrecemos a los catalanes. Defiendo no entrar en los debates nacionalistas sino en los debates del siglo XXI. Prefiero ceder soberanía a Europa que trocear un país.

-Es muy difícil pedirle a Iceta que no entre en esos debates cuando tiene enfrente a Junts pel Sí y la CUP y la sociedad catalana está dividida en este asunto.

-Yo también he vivido esto. El plan Ibarretxe iba en esa dirección, hablaba de consulta, referéndum. Yo seguí defendiendo no jugar a la fractura, por eso invito a la sociedad catalana a participar de una reforma que nos implique a todos para tener un proyecto que resuelve problemas.

-¿En esa reforma de la Carta Magna estaría dispuesto a reconocer a Cataluña como nación?

-Ese es otro debate nacionalista y no creo que sea el fundamental.

-¿Pero en ese debate cuál es su posición de partida?

-No me parece que sea lo fundamental, hay cuestiones mucho más importantes que debatir. España tiene que ser consciente de que hay que ayudar a los catalanes, y mucho, a recuperar políticas sociales y servicios públicos.