"Ronda de expresión", así ha definido Íñigo Errejón la primera reunión convocada por Pablo Iglesias con las diferentes familias en Podemos --a la que han asistido 20 personas, representantes de los 13 borradores de propuestas políticas-- en busca de un acuerdo cara al congreso de Vistalegre II. Y es que, según han explicado varios de los intervinientes, los portavoces de las corrientes se han limitado cada uno a expresar su punto de vista y, a partir de ahí, se ha acordado que continúen los contactos y se formen grupos de trabajo hasta el 2 de febrero, fecha límite para alcanzar un pacto o concurrir con documentos y listas separadas en el cónclave.

No sólo no ha habido un acercamiento de posturas si no que, a tenor de las declaraciones de Errejón y Pablo Iglesias, que han comparecido por separado en plena Plaza de España, a pocos metros de la sede en Madrid, las posiciones son cada día más distantes. De hecho, pese a que ambos han abogado por dar muestras de "unidad", se han dirigido reproches mutuos.

Así, el secretario político ha manifestado que la "unidad" en Podemos "no se construye a toque de corneta" y ha advertido de que si antes de que se cierre el plazo no se llega a un acuerdo global, su corriente presentará su propia lista y documentos sobre la hoja de ruta de Podemos porque no se puede "hurtar" a las bases "el debate". "La gente tiene que decidir", ha manifestado.

El número dos ha restado importancia al hecho de que en el congreso se celebren "primarias" y se presenten diferentes propuestas políticas y organizativas; y ha remarcado que lo importante es "estar juntos antes y después del congreso". Es decir, que el equipo resultante integre y asuma "la diversidad" existente en la formación morada.

PETICIÓN DE UNIDAD

Minutos después, y preguntado por el "toque de corneta" de Errejón, Iglesias ha reprochado a su número dos sus "declaraciones agresivas" ante los medios. "La unidad se consigue debatiendo, ni con documentos ni con declaraciones agresivas, sino con el debate", ha subrayado.

Aún así, el secretario general se ha mostrado "satisfecho" con la primera toma de contacto porque Podemos no puede ser un "proyecto de familias" ni una "tarta a repartir". De ahí que haya vuelto a emplazar a Errejón a que presente su candidatura a la secretaría general si su propuesta o su lista es la más apoyada en el congreso.

Sin embargo, el número dos por el momento descarta dar ese paso, incluso si Iglesias da un paso atrás, según ha ratificado esta mañana en una entrevista en el programa de Ana Rosa en la que ha dejado entrever su malestar con una reunión que se ha hecho pública y a la que el líder ha invitado a una veintena de personas, como si su peso en la organización fuera el mismo que el de corrientes minoritarias.

Errejón ha argumentado que todos los invitados, entre ellos el líder de la corriente anticapitalista, Miguel Urbán, y la diputada Carolina Bescansa, se "conocen" y saben cada uno las ideas que defienden. "Los acuerdos se trabajan con más cariño y con más tiempo y no solo en convocatorias públicas", ha concluido.

LAS LÍNEAS ROJAS

Preguntado por sus líneas rojas, Errejón ha manifestado que no aceptará un documento integrador que no contemple "la trasversalidad, una formación que no pida etiquetas y que sea útil desde ya". En este sentido, ha expresado su deseo de que el partido morado intente en el parlamento "liderar acuerdos con el PSOE" y no se concentre en intentar alcanzar el poder con la lucha en la calle, como defiende Iglesias.