El Rey avisó este sábado a los independentistas catalanes en el discurso de Navidad de que vulnerar las leyes que garantizan la democracia solo lleva "a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad". El jefe del Estado subrayó que la convivencia “democrática” debe estar basada en la voluntad de "construir y no destruir, de engrandecer y no de empequeñecer, de fortalecer y no de debilitar".

Felipe VI quiso pronunciar la tradicional alocución en su despacho del Palacio de la Zarzuela, un escenario clave este año por las numerosas audiencias celebradas con los representantes de los partidos para conseguir formar Gobierno. Este asunto, sin embargo, solo ocupó unas líneas del discurso debido a los numerosos meses en los que la política ya ha sido la protagonista, según fuentes de la Casa de Rey.

El Monarca volvió a dejar clara su preocupación por el desafío soberanista al que hizo referencia en dos momentos de su intervención, siempre de manera indirecta. Aunque en las últimas horas se ha resucitado la opción del referéndum pactado y legal, los partidos independentistas no han abandonado la idea de celebrar una consulta como muy tarde el próximo mes de septiembre.

LA SOBERANÍA NACIONAL

En la primera ocasión en la que Felipe VI abordó los problemas de encaje territorial, pidió "respeto a las ideas distintas", pero a renglón seguido consideró inadmisible que se desprecien "los derechos" de todos los españoles para organizar su "vida en común", esto es, que solo una parte pretenda decidir sobre la soberanía nacional. Fue en ese contexto en el que advirtió de que "los enfrentamientos estériles" solo pueden conducir al "empobrecimiento moral" de la sociedad y aprovechó para pedir a los independentistas que concentren sus "energías en mirar hacia el mundo" que les rodea y se den "cuenta cabalmente de por dónde va". Un mundo, se respondió, "muy incierto" con desafíos políticos y sociales y graves problemas de seguridad.

Felipe VI volvió a retomar el tema independentista para cerrar su discurso, justo después de su ya habitual llamada contra el desánimo y el desencanto. El jefe del Estado dijo que confía en una España decidida a superar las dificultades con varias condiciones: "Si entendemos que ya no vivimos tiempos para encerrarnos en nosotros mismos, sino para abrirnos al mundo; si tenemos claro que no lo son tampoco para fracturas, para divisiones internas, sino para poner el acento en aquello que nos une, construyendo sobre nuestra diversidad". Y acabó mostrando su temor, siempre de manera indirecta, por que las ansias independentistas acaben fracturando la sociedad, como en la guerra civil de 1936. "Que nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas", afirmó.

RECUERDO A LOS DAMNIFICADOS POR LAS INUNDACIONES

El resto del discurso, que empezó con un recuerdo a los damnificados por las inundaciones de estas últimas semanas, giró en torno a las consecuencias de la crisis, la desigualdad social, el valor de la familia para superar las dificultades, al coraje de los emprendedores, la labor de los funcionarios, la falta de oportunidades para los jóvenes y la educación, "la clave esencial".

La corrupción se quedó en una sola alusión, y genérica, cuando mencionó a los españoles que hacen un trabajo "duro, honesto, sacrificado". "Los momentos más difíciles de la vida son las mejores oportunidades para descubrir nuestra fuerza interior, para comprobar nuestro carácter, nuestra verdadera dimensión", señaló.

DESPEDIDA EN LOS IDIOMAS COOFICIALES

Y a los políticos, después de meses en los que Felipe VI ha podido debatir durante muchas horas con ellos en ese despacho desde el que habló, les pidió que respondan a la "serenidad" recuperada tras casi un año con el Ejecutivo en funciones y, siempre mediante "el diálogo y el entendimiento", logren impulsar "los consensos básicos" para mejorar el funcionamiento de la sociedad.

El Rey, sentado delante de su mesa de trabajo y con las banderas de España y de la Unión Europea de fondo, se despidió felicitando la Navidad en los idiomas cooficiales.