Tensión entre PP y Ciudadanos por el pacto anticorrupción
Villegas rechaza ceder para «recuperar la confianza» de la sociedad en la política. El Gobierno no ve tan claro que un político imputado deba ser apartado de inmediato
MADRID
El trágico fallecimiento de Rita Barberá ha llevado al Gobierno y al PP a querer reflexionar sobre uno de los puntos del pacto firmado con Ciudadanos para que Mariano Rajoy lograra ser investido. Ese acuerdo exige que los políticos imputados por corrupción sean apartados inmediatamente de sus responsabilidades públicas. El ministro de Educación y portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, dijo que, después del «doloroso» fallecimiento de Barberá, «sería bueno que todos los partidos» acordaran la vara de medir a los políticos imputados por ese delito.
Los estatutos del PP establecen que conviene esperar a la apertura del juicio oral para apartar a los afectados y así lo recordó ayer Méndez de Vigo. «El PP propone esperar al juicio oral para que se sustancie en algo y no tomar la decisión únicamente con la presentación de una querella que puede no tener recorrido alguno. Sabemos muchos casos en los que finalmente ha habido archivo», declaró en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
Méndez de Vigo dijo que los acuerdos que firma el Ejecutivo «están para cumplirse», pero en este caso «sería bueno» llegar a «una posición común» entre todas las fuerzas políticas.
REFLEXIÓN / En esa misma línea y horas antes, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, también pidió «una reflexión» sobre cómo proteger mejor la presunción de inocencia. El portavoz parlamentario reconoció que «puede ser» que la contundente actuación que defiende Ciudadanos «permanezca» en el «acervo español», pero entonces, en su opinión, habría que «buscar una fórmula para recompensar» a aquellos políticos apartados y que luego son absueltos. «A lo mejor hay que darle una vuelta» al pacto con C’s, declaró antes de anunciar que hablará con todos los grupos parlamentarios para intentar llegar a un entendimiento.
Sus comentarios despertaron las suspicacias de Ciudadanos, partido que advirtió de que si se incumple el pacto en este apartado, quedará roto y Rajoy pasará muchas dificultades en una legislatura en minoría. El encargado de avisar a los conservadores fue el vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. En rueda de prensa, afirmó que una «desgracia» personal como la muerte de Barberá no puede implicar «cambios políticos» y que una medida como la que los populares ahora cuestionan «permite recuperar la confianza» en las instituciones. De ahí que C’s no vaya a renunciar a ella.
Villegas se reunió por la mañana en la Moncloa con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. El objetivo principal de la cita fue la negociación del techo de gasto de los Presupuestos Generales del Estado, que se aprobará la semana que viene.
MEA CULPA / Por otro lado, Hernando, que el jueves levantó un polvorín por acusar a los medios de comunicación de actuar como «hienas» y «linchar» a la exalcaldesa con el objetivo de «enriquecerse», se vio forzado a admitir ayer que «quizá» el PP también se «equivocó» al apartar a la senadora de sus filas cuando esta tuvo que responder ante la justicia.
Hernando insistió en el argumento de que su formación política buscaba proteger a Barberá y que la prensa «dejara de acosarla», pero reconoció que «quizá» se equivocara «en aquella reflexión». Asimismo, en Los Desayunos de TVE, aceptó que el PP le reclamó que abandonara la militancia (también le pidió que renunciara a su acta de senadora, pero ella se resistió) para proteger sus intereses electorales en Galicia y Euskadi el 25-S.
Según su argumentación, los medios y la oposición usaban el caso Barberá «como munición para atacar a [Alberto Nuñez] Feijóo y [Alfonso] Alonso» y para no perjudicar su campaña, y porque C’s exigía apartar a la senadora para alcanzar un acuerdo de Gobierno-, los populares decidieron pedirle que diera un paso atrás.
Por su parte, el expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps se unió ayer a las voces del entorno de Barberá que acusan al PP de no haber «rodeado de cariño y de afecto» a la exalcaldesa cuando «no estaba en las mejores condiciones y además de manera injusta», remarcando que para la exregidora «el PP era su familia».
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