SESIÓN DE CONTROL PARLAMENTARIO
Rajoy vuelve al Congreso con una mano tendida pero sin ceder
Rivera debuta en el debate e Iglesias rechaza preguntar al jefe del Ejecutivo . El Gobierno asume la consigna del diálogo pero sin limitar sus políticas
MADRID
Mariano Rajoy llevaba trece meses sin someterse al control parlamentario y el destino quiso que ayer tuviese que responder a las preguntas de la oposición consternado por la muerte de la senadora Rita Barberá, fallecimiento que conoció escasos minutos antes de llegar al Congreso. El presidente exhibió guante de seda, pidió a sus adversarios que planteasen «sugerencias» y ofreció acuerdos.
La pérdida de la mayoría absoluta se evidencia en un estilo más dialogante, pero tampoco obra milagros: Rajoy sacó pecho de sus políticas para reivindicar su legado y evidenció que pretende seguir marcando el rumbo. Todos los ministros actuaron con la misma consigna: el Gobierno acepta propuestas de mejora, pero no está dispuesto a asumir una impugnación a su labor de los últimos cinco años.
En la nueva legislatura, el PSOE, a falta de secretario general, interviene en los cara a cara con su portavoz, Antonio Hernando, que preguntó a Rajoy por la precariedad laboral. El presidente invitó a los socialistas a hacer propuestas de mejora, pero advirtió que deben ser medidas que preserven las políticas económicas desarrolladas por el Gobierno puesto que son «las que han funcionado». «A partir de ahí proponga lo que quiera, que estoy dispuesto», señaló. Hernando le anunció que el PSOE está determinado a llevar al Congreso una batería de iniciativas para aumentar los salarios.
En el duelo con Rajoy se estrenó Albert Rivera, quien pidió una reforma urgente del mercado laboral, apoyado en la sentencia del Tribunal Superior Europeo que recomienda equiparar las indemnizaciones de los trabajadores interinos temporales a las que perciben los fijos. El jefe del Gobierno evitó comprometerse.
EL CASO DE PODEMOS / Fue su última respuesta. Pablo Iglesias, que tenía cupo para preguntar también (se incluyen tres cuestiones al presidente por pleno) no llegó a registrar ninguna, en una decisión sorprendente porque implica que se renuncia a pedirle cuentas a Rajoy en persona. De hecho, Iglesias ni siquiera estaba en el hemiciclo -llegó 22 minutos tarde- en las preguntas al presidente, y su intervención fue una interpelación sobre la pobreza energética, un formato que responden los ministros.
¿Buscaba Iglesias el cuerpo a cuerpo con Rajoy y se equivocó al registrar una interpelación en lugar de una pregunta? La respuesta queda en el aire, pero fuentes parlamentarias ya han advertido de que se les agota la paciencia con Podemos. En esta ocasión guardan el cupo de Iglesias para que interrogue a Rajoy la próxima semana, pero lo hacen como excepción, puesto que en principio le tocaría al PNV.
Iglesias planteó al titular de Industria, Álvaro Nadal, que se suprima el corte del suministro por pobreza sobrevenida, el fin de las puertas giratorias y la comparecencia del presidente de Gas Natural Fenosa, Isidre Fainé, por el caso de la anciana fallecida en Reus en un incendio.
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