Casi cuatro años después de la primera gran movilización proindependentista, los partidos que abogan por la secesión han cruzado este miércoles por primera vez la línea roja del ordenamiento juríco español. Junts pel Sí y la CUP ha llevado al pleno y ha ratificado las conclusiones de la comisión de estudio del proceso constituyente. Saltándose la interlocutoria del Tribunal Constitucional que expresamente lo prohibía y obligaba a la Mesa a impedirlo. Ciutadans y el PP han abandonado el hemiciclo, antes de la votación, y el PSC se ha inhibido de votar las conclusiones. Sí que es Pot ha votado en contra.

El pleno ha vivido momentos de nervios, de manos alzadas y de consignas a partir del momento en que Jordi Turull, con el apoyo de Anna Gabriel, ha pedido la inclusión del debate y votación de las conclusiones en el orden del día. A partir de ese momento, como ya había sucedido en el ‘aperitivo’ de la sesión de control, acusaciones de Ciutadans, el PSC y el PP de acercar Cataluña a “un régimen totalitario”, de realizar un golpe contra la democracia. Y defensa cerrada de Junts pel Sí y la CUP de la soberanía del Parlament.

El bloque constitucional ha increpado a la Mesa del Parlament (tres de sus miembros se han mostrado en contra de la decisión de la presidenta, Carme Forcadell, de dar curso a la petición de los independentistas). Los soberanistas han aseverado que la comisión del proceso constituyente emaaa de los resultados del 27-S. De la soberanía popular.

Y entre el choque entre legitimidades, la de la ley y la del voto, el grupo de Sí que es Pot, que se alineó con el bloque constitucional pero rehusó los argumentos legalistas y se acogieron a los políticos: “Las conclusiones dinamitan todos los puentes”.

En la primera votación, la que debía, o no, aceptar la alteración del orden de día, los ecosocialistas han rehúsado participar.