Ni Rajoy-Sánchez ni Iglesias-Rivera. El cara a cara que lo rompería es el del Felipe González de 1976 con el del 2016. ¿Qué se diría a sí mismo si viajara al pasado? Las posiciones políticas del expresidente han evolucionado mucho en estos 40 años, en los que ha pasado del anticapitalismo a defender que el PSOE no impida que el PP gobierne, prefiriendo ayudar a la derecha antes que pactar con el "puro leninismo 3.0" de Podemos.

En 1976, un joven Felipe escribía el libro Qué es el socialismo , en el que plasmaba su pensamiento político anticapitalista: "Existe algo común a todas las ideas y movimientos socialistas: el hecho de constituir una alternativa a una sociedad basada en el modo de producción capitalista. La aspiración suprema del socialismo es la emancipación total del hombre, para lo que se hace imprescindible eliminar un sistema económico basado en la explotación del hombre por el hombre".

En su obra advertía del miedo de los burgueses al ascenso de las clases trabajadoras. "La burguesía, como clase social descendente, pese a su carácter dominante en el momento actual, actúa en líneas generales de forma defensiva ante la nueva clase social ascendente, identificable con la clase trabajadora", comentaba Felipe 34 años antes de que González firmara como asesor de Gas Natural. Un cargo por el que cobró 566.000 euros brutos del 2010 al 2015, cuando lo dejó "no porque haya incompatibilidades, sino porque es muy aburrido". El caso abrió el debate de las puertas giratorias entre la política y las grandes empresas del sector energético que aprovecharon, entre otros, José María Aznar, Elena Salgado y Angel Acebes.

En los últimos meses de Gobierno de Zapatero, González se sumó a las críticas que le llovían al presidente desde la bancada popular al considerar que había "descuidado" el sistema financiero y no había hecho "la reestruc-