El bautizo de la operación como Pardines viene a ser un homenaje de la Benemérita al primer guardia civil asesinado por la banda terrorista. José Angel Pardines Arcay, natural de Malpica (La Coruña) tenía 25 años cuando fue acribillado en la carretera nacional I a la altura de Villabona (Guipúzcoa), en una zona de obras, el 7 de junio de 1968.

Junto a su compañero Félix de Diego Martínez --quien no moriría-- estaba regulando el tráfico de la nacional como consecuencia de esas obras cuando los etarras Francisco Javier Echebarrieta Ortiz, alias Txabi, e Iñaki Sarasketa, que viajaban en un Seat 850 se detuvieron. Pardines notaría algo sospechoso porque les pidió la documentación del vehículo. Cuando se dirigió a comprobar el número de bastidor, los dos terroristas salieron del coche y Echebarrieta le disparó por la espalda. Después, le remataría con otros tres disparos en el pecho tras caer al suelo boca arriba. Su compañero De Diego se salvó.

Echebarrieta fue después abatido en un choque de disparos con la Guardia Civil en Tolosa. Sarasketa fue detenido y condenado a muerte, aunque le conmutaron posteriormente la pena por la cadena perpetua. Echebarrieta y Sarasketa se dirigían a San Sebastián para preparar el asesinato del inspector Melitón Manzanas.

Con este nombre, la Guardia Civil busca darle un carácter simbólico a esta operación, que vendría a significar el golpe definitivo para la caída de la banda y el cierre de un ciclo de sangre y muerte iniciado y terminado con Pardines.