Uxue Barkos fue elegida ayer presidenta de Navarra con 26 votos a favor, 17 en contra y siete abstenciones. Durante el discurso de investidura, la candidata de Geroa Bai a la Presidencia de Navarra mantuvo su "firme propósito con la paz y la convivencia", tal como señaló durante el debate de investidura como presidenta de la Comunidad foral. "Las fuerzas que firmamos el acuerdo rechazan el uso de la violencia con fines políticos", señaló en referencia al acuerdo programático que guiará la labor del Gobierno de Navarra durante los próximos cuatro años.

En el turno de réplica, Barkos aseguró además ser consciente de que "seré una presidenta de Navarra aberzale en una comunidad que mayoritariamente no lo es". "Por primera vez será también el Gobierno de los aberzales de Navarra para una parte de la sociedad que ha visto como se le ninguneaba y despreciaba", añadió.

Barkos se refirió también a las víctimas y pidió paz "para todas las víctimas sin excepción, porque tienen derecho a la verdad". La presidenta de Navarra salió en defensa de la que será consejera de Interior, María José Beaumont, propuesta por Bildu, sobre la que se vertieron, según manifestó, "graves acusaciones, sin fundamento y severas manipulaciones".

Barkos insistió en que Bildu, al igual que el resto de partidos que firmaron el pacto, aceptó un modelo de gobierno "que deja claro que no se trata de un gobierno de reparto de cuotas, sino de perfiles con capacidades técnicas para asumir reto de distintas sensibilidades". "Es rigurosamente falso que los consejeros lo sean por mandato de disciplina política", añadió.

En el inicio del debate de investidura, la presidenta Barkos aseguró que que "estamos ante un nuevo tiempo político, el tiempo de un cambio profundo, de profundas reformas, pero sobre todo, un cambio de la forma de hacer política".

Barkos adelantó que negociará la aportación de Navarra al Estado "con el máximo cuidado". De igual forma, anunció que presentará una reforma fiscal tras el verano, con el objetivo de que entre en vigor el 1 de enero del año 2016.

La presidenta apuntó a "un nuevo tiempo político", en el que se abordarán "cambios y reformas profundas" y habrá una nueva "forma de hacer política" más "social, integradora e igualitaria". Barkos, que fue criticada por las fuerzas conservadoras por su espíritu vasquista, apostó en su intervención por un "mayor reconocimiento de la realidad cultural y lingüística de Navarra".

"MAS NACIONALISMO" El portavoz de UPN, Javier Esparza, lamentó que Barkos deje en manos de EH Bildu "el control de Navarra" a través de una presidencia "en la sombra", sin que antes "haya pedido perdón ni condenado" el terrorismo.

Por su parte, el portavoz parlamentario de Geroa Bai, Koldo Martínez, instó al nuevo Gobierno foral a que haga un "enorme esfuerzo por acabar con el miedo y por curar las heridas" que continúan abiertas en Navarra.

Existía mucho interés en escuchar las intervenciones de EH Bildu y Podemos, dos de las formaciones que apoyan la investidura de Uxue Barkos. Consciente de esta presión, la portavoz de Podemos en el Parlamento de Navarra, Laura Pérez, aseguró que prestarán un "apoyo externo, constructivo y exigente" al Ejecutivo. En su intervención, criticó las décadas de colaboración "antinatural" entre UPN y PSN. Podemos, que prefirió no participar en el futuro Gobierno foral, discrepó del modelo establecido, con un perfil más técnico que político."Nadie gobierna al margen de su ideología", argumentó.

Por su parte, el portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz, en respuesta a las críticas que tachan al nuevo gobierno de "nacionalista", aseguró que el cambio político en Navarra será "para todos", "plural" y "duradero", y que deberá trabajar "por la justicia social y la igualdad".

En su intervención, destacó que se abre "una nueva etapa de entendimiento entre diferentes", que deja atrás los Ejecutivos de UPN que gobernaban "para unos y contra otros", con sindicatos "de primera y segunda", medios de comunicación "adeptos o detractores", y sentimientos "oficiales o basados en entelequias".

La candidata del PSN, María Chivite, admitió que estamos "ante un nuevo tiempo", aunque defendió el modelo institucional actual, "que tiene legitimidad democrática y está amparado por la Constitución".