"El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación", decía el político prusiano Otto von Bismarck. Y esta máxima la ha hecho suya el Partido Popular, que ha visto las orejas al lobo tras sus últimos batacazos en las urnas. La aparición de nuevos partidos que se presentan como la voz de los indignados ha llevado a los conservadores a cambiar su discurso y a presentar ahora una llamada "ruta social" en la que tienen previsto reunirse con 50 colectivos vulnerables para oírles antes de preparar su programa electoral para las elecciones generales previstas para finales de año.

El vicesecretario general sectorial del PP, Javier Maroto, es la cara visible de este proyecto. Ayer, junto a los otros mandos del partido que participarán en esta ruta, presentó esta iniciativa en la sede del Colegio de Arquitectos de Madrid. Los integrantes del equipo al completo acudieron al acto vestidos con ropa informal y zapatillas de deporte. Y es que su intención es ahora oír a las personas "normales" para que les cuenten "lo que pasa en su casa, en su calle, en su barrio y en su familia". El PP puede ahora ocuparse de las personas y de sus problemas después de haber solventado "el reto económico", según Maroto, quien aseguró que el Gobierno de Mariano Rajoy "ha jugado bien la primera parte del partido".

Ahora queda escuchar a los que no han notado este éxito económico porque ha llegado la hora de la política social, según la tesis del equipo de los populares. Por ello, el PP anuncia que se lanza a la calle, a recorrer "muchos kilómetros" para hablar con 50 colectivos, de "los más desfavorecidos del país", para buscar soluciones a sus problemas y que dejen de pasarlo mal.

La ruta social gira en torno a varias áreas como la sanidad, educación, agricultura, asuntos sociales, economía e igualdad. Maroto aseguró que su intención es reunirse con las llamadas mareas, movimientos ciudadanos que han recorrido las calles de las ciudades en defensa de una educación y sanidad pública. El PP busca con esta iniciativa una "relación más fluida y más cercana" para hacer un país "mejor". Al vicepresidente sectorial del PP no le tembló la voz cuando parafraseó las consignas de estos colectivos cuando criticaban los recortes del Gobierno. "Se debe y se puede hacer", afirmó. Por ello, una vez a la semana estos colectivos serán recibidos por dirigentes del PP que saldrán a la calle "sin corbata" para hacer "menos despacho y más calle y más barrio".

De momento, ya se han reunido con el comité español de representantes de personas con discapacidad. Sus demandas, según Maroto, no son económicas sino que exigen que se les trate "con respeto" para tener "un espacio reconocido y útil en la sociedad". Después, viajarán a Canarias para reunirse con la Cruz Roja.

RUDI Y SANCHEZ-CAMACHO Este espíritu de acercamiento a los votantes llegó ayer a Zaragoza, donde la presidenta del PP en Aragón, Luis Fernanda Rudi, dijo que espera recuperar a quienes "confiaron alguna vez" en los populares, para que el esfuerzo del Gobierno no quede en manos "del populismo". Y Alicia Sánchez-Camacho, la líder del PP en Cataluña, inauguró ayer en Barcelona un taller de redes sociales con el objetivo de que los militantes de este partido expliquen a todos los catalanes que se encuentran "desamparados" que el PP "es la única respuesta seria para asegurar que no va a haber separación de Cataluña".