El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, dijo ayer que la Iglesia no es un "contrincante político" e instó a los cristianos a ser coherentes a la hora de votar y a recordar que hay temas "innegociables" como el derecho a la vida, el "verdadero" matrimonio y la educación de los hijos.

En su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Blázquez destacó la necesidad de que los cristianos vivan con "coherencia responsable" la fe "en la calle, en la vida social y política, en el ejercicio del voto o de la representación y actividad política". Y les pidió que defiendan y propongan, "en los temas más cuestionados hoy", la verdadera dignidad del ser humano.

En este sentido, el también cardenal arzobispo de Valladolid subrayó que desde el laicismo muchos no entienden que la legítima autonomía del orden temporal no puede significar prescindir del recto orden moral y es ahí donde es "posible y necesaria" la colaboración de los católicos con otras propuestas que tengan el mismo objetivo de la defensa de los valores de la dignidad humana y la realización del bien común.

Afirmó que esta crisis social y económica arrastra en el fondo una crisis antropológica, ética y religiosa en la que ha incidido "el materialismo economicista".

Así, se refirió a los casos de corrupción, que "tanto dañan la confianza de la población", y a la ideología que defiende la "autonomía absoluta" de los mercados y de la actividad financiera y que instaura una "tiranía invisible" que impone de forma unilateral sus reglas. "Cuando esto ocurre estamos ante una verdadera idolatría en la que al dinero se le rinde culto y se le ofrecen sacrificios", dijo.