Aún no se le ha efectuado la extremaunción al bipartidismo y aún no es el tripartidismo más que un embrión demoscópico. Pero, sin tiempo para digerir tantos cambios, las encuestas comienzan a plantar en el sistema político español la semilla del cuatripartidismo. El hundimiento de PP y PSOE desató una carrera de galgos para hacerse con sus cascotes en la que desde hace un año se impone Podemos. Pero las elecciones andaluzas han vuelto a sacudir el tablero con el fenómeno Ciudadanos. La marca de Albert Rivera se ha hecho mayor de edad y sería ya la cuarta fuerza del Congreso, según el Barómetro Político de España del Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (Gesop) para Grupo Zeta.

Su crecimiento añade lastre a populares y socialistas, pero también supone un revés para Podemos, que frena en seco su fulgurante progresión, aunque logra mantenerse como primera fuerza en intención directa de voto, una clasificación en la que Ciudadanos ocupa ya la segunda plaza y el PP, la cuarta, por detrás del PSOE. Un dato lo dice todo: las dos fuerzas tradicionales sumarían el 42,6% de los votos, mientras que las dos alternativas se quedarían a solo cinco puntos, con el 37,8%. La otra consecuencia de la eclosión estatal de Rivera es que complicaría un poco más el juego de pactos poselectorales, hasta el punto de que solo la llamada gran coalición PP-PSOE tendría asegurada la mayoría absoluta.

Lo que no ha cambiado es la victoria del PP, aunque sí se ha hecho más exigua. Mariano Rajoy ganaría las elecciones con el 23,5% de los votos, 2,6 puntos menos que en diciembre, y lograría de 102 a 107 escaños (hoy tiene 186). El trabajo de campo tuvo lugar del 8 al 13 de abril, justo después de que el presidente llamase a la unidad del PP tras el descalabro andaluz. Desde diciembre, los populares cederían otra decena de diputados porque Rivera les arrebataría uno de cada cinco votantes. Desde los comicios del 2011, Rajoy ha perdido 20,6 puntos. Y cabe reseñar que el sondeo es anterior al huracán Rodrigo Rato.

IGLESIAS SE DESINFLA La lucha por la medalla de plata se ha hecho más reñida. Podemos dio el sorpasso al PSOE en diciembre y se plantó por encima de los 100 escaños, pisándole los talones al PP. Pero tras subir como la espuma, Pablo Iglesias parece haber tocado techo y es víctima tam-