Fuera del Partido Popular no hay nada. Salvo "zascandiles" o "amateurs de la política". Es la idea que defendió ayer en Valencia el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y enfrente del PSOE lo que hay es un PP que no tiene "proyecto de país" y que dedica todas sus fuerzas a buscar la "confrontación" entre españoles de distintos territorios, como, a juicio del socialista Pedro Sánchez, ha quedado demostrado en la recién terminada campaña andaluza.

Estos mensajes obviamente de campaña fueron lanzados por los jefes de los dos partidos mayoritarios en plena jornada de reflexión en Andalucía, con la excusa de que ellos estaban protagonizando actos vinculados a las próximas municipales y no a los comicios andaluces que se celebran hoy domingo. Y es que si algo comparten Rajoy y Sánchez en estos momentos es la idea de que no tienen tiempo (electoral) que perder si quieren cortar el paso a otras organizaciones emergentes como Podemos o Ciudadanos.

VETERANOS En Valencia, donde estuvo ayer Rajoy, supuestamente se echaba al cierre a la convención donde se presentó el programa marco del PP para las elecciones locales. Pero lo cierto es que en la jornada del sábado no hubo ni una sola reflexión sobre municipalismo más allá de la proclamación de Rita Barberá como candidata, por séptima legislatura consecutiva, a la alcaldía. De hecho, el encuentro fue un acto de autoafirmación, de filas prietas, frente a la amenaza, "los adanes que florecen por doquier", "los conferenciantes y tertulianos". Todo eufemismos para evitar nombrar a Podemos y Ciudadanos, a los que el presidente llegó a tildar de "zascandiles", pese a que no los mencionó de forma directa en ningún momento.

Frente a esto, Rajoy igualó al PP en su discurso con el concepto íntimo de la democracia, el espíritu de la transición y la superación de la crisis. "Empezamos de la nada", explicó, y dirigiéndose a Barberá llegó a preguntar: "¿Cuántas elecciones perdimos tú y yo?". "Somos especialistas en bailar con la más fea", prosiguió Rajoy, quien a continuación sacó pecho por haberle "dado la vuelta al marcador" en "un país al borde la quiebra", con una Europa "a punto de partirse en dos" y donde "gobernar no es fácil" y, en cambio, "participar en tertulias sí".

"Las respuestas solo las podemos ofrecer nosotros", aseguró en el mismo acto la secretaria general de los populares, Dolores de Cospedal, que se encargó de tomar el relevo. "Hemos trabajado mucho para que el viento sople a favor y para que ahora las velas del oportunismo o el radicalismo nos hagan embarrancar otra vez y nos lleven a la depresión", sentenció.

ACTO SOCIALISTA Por su lado, el jefe del PSOE cargó contra el Gobierno del PP. Sánchez tuvo reprimendas para el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, por "justificar el fraude fiscal" en vez de combatirlo. Además, arremetió contra los populares en general por tirar de "confrontación" durante campañas como la andaluza. El discurso de Sánchez, en el que apuntó que sus candidatos son los "únicos" que modernizarán España, fue claramente electoral y con tanto tono mitinero que a alguno se le fue la mano. O la lengua. Como al alcalde de Puebla de Sanabria, el también senador José Fernández Blanco, que dijo que el PSOE concurrirá a los comicios en Castilla y León para que el PP no los coloque en el paredón y les "pegue dos tiros".