Miles de participantes en las Marchas por la Dignidad llenaron ayer la madrileña Plaza de Colón y las calles adyacentes para protestar contra los efectos de las políticas de austeridad aplicadas por el Gobierno durante la crisis, en un acto al que siguieron disturbios que se saldaron con 17 detenidos.

"Pan, trabajo, techo y dignidad" fue el lema de la movilización, convocada por 300 organizaciones sociales y sindicales y que se desarrolló sin incidentes (los disturbios fueron después). Los organizadores cifraron en "cientos de miles" el número de asistentes, mientras que fuentes policiales estimaron que entre 10.000 y 12.000 personas se sumaron a la marcha en su momento más álgido.

A pesar de la lluvia, los manifestantes entraron en Madrid en nueve columnas procedentes de todas las comunidades autónomas que confluyeron en la Plaza de Colón poco después de las 18.00 horas. Multitud de personas portaban banderas republicanas, de comunidades autónomas, sindicatos y partidos políticos como IU, Podemos o el PCE.

Los participantes corearon consignas como "En el Parlamento no está la solución, la solución es la revolución", "No permitiremos ni un desahucio más", "Que viva la lucha de la clase obrera" o "Hace falta ya una huelga general", entre otras contra el Gobierno, los banqueros o la corrupción.

"No hay cambios sin lucha obrera. Hacia la huelga general del 22 de octubre", "Por la salida del euro, de la Unión Europea y de la OTAN", "Banqueros ladrones culpables de la crisis", "Nos quitan tanto que al final nos quitan el miedo", "La educación es un derecho", "La salud es un derecho" o "La pensión es un derecho" eran algunos de los mensajes que se podían leer en diversas pancartas.

En un escenario instalado en la Plaza de Colón, dos de los promotores de las marchas Pilar Muñiz y Ernesto Sarabia leyeron un manifiesto para exigir "una vida con dignidad" y defender "un programa de mínimos" como paso previo hacia la huelga general "laboral, de consumo y social" del 22 de octubre.

Un año después de la manifestación de las Marchas por la Dignidad del 22-M, "la situación no ha mejorado y se han acrecentado los perversos efectos de las políticas de austeridad impuestas por la troika", según el texto. Rechazan el pago de la deuda, defienden los servicios públicos, reclaman trabajo digno con derechos y salario suficiente, reivindican el derecho a decidir de las personas, se oponen a las reformas laborales y censuran la ley mordaza.