"Nunca he negociado ni negociaré sobre la igualdad de los españoles". Así de contundente se mostró ayer Mariano Rajoy en Barcelona, en su primera visita a Cataluña después del 9-N. El presidente del Gobierno central, en un tono más directo y con más gesticulación que en anteriores ocasiones, le dejó claro a Artur Mas que mientras él resida en la Moncloa, como mínimo hasta finales del 2015, no habrá "concesión" alguna al margen de la Constitución. "No voy a permitir que se ponga en tela de juicio la unidad de España", continuó durante la clausura de una convención del PP sobre la gestión municipal.

Artur Mas, en la hoja de ruta hacia la independencia que presentó el martes pasado, plantea un periodo de 18 meses entre unas elecciones plebiscitarias y el referéndum definitivo para ratificar la secesión. Durante ese impasse , el presidente catalán considera que se deberían abrir unas negociaciones entre la Generalitat y el Estado español para acordar una separación amistosa. Serán "18 meses de viaje a ninguna parte, que se suman a los casi 50 que les han precedido", le replicó ayer Rajoy.

El mensaje iba dirigido tanto a los soberanistas como a aquellos miembros de su partido que le han acusado de actuar con tibieza ante el proceso participativo del 9-N. Sobre la consulta alternativa, dijo que no había sido más que una "farsa" que resultó ser un "fracaso en toda regla", porque quedó demostrado que "los catalanes son muchos y los independentistas, muchos menos".

Arropado por cinco ministros; la plana mayor del PP y del PPC, y otros cargos populares como Esperanza Aguirre, Ignacio González y Alberto Fabra, Rajoy insistió en que su Gobierno es el garante de que la economía catalana se mantenga a flote mientras Mas ha renunciado a ocuparse "de los problemas reales de las personas".

CRITICAS A MAS "Nunca un gobernante había generado tanta confusión y había provocado tanta inestabilidad", le dedicó al mandatario nacionalista. "No quiero que el desgobierno que se vive aquí afecte a los ciudadanos (...) No voy a dejar tirado a ningún español, piense lo que piense", proclamó.

Rajoy acusó al presidente catalán de haber estado "obsesivamente entregado" a "fomentar