Un día antes que Mariano Rajoy, su antecesor al frente del Partido Popular, José María Aznar, aterrizó en Barcelona para, como ya es habitual, tratar de marcarle el paso. El expresidente del Gobierno reclamó al Ejecutivo una "acción muy clara contra los que quieren romper España e independizarse" porque, a su juicio, "no hay término medio entre la ruptura y la continuidad histórica de un país". No especificó en qué debería consistir dicha "acción muy clara".

Aznar no pronunció estas palabras en las jornadas que el Partido Popular celebra en Barcelona, por las que no apareció, sino en un encuentro internacional del Grupo de Líderes Empresariales (LIDE), en el que participan 250 empresarios brasileños y españoles. La conferencia versaba, teóricamente, sobre las relaciones comerciales entre Brasil y España, pero Aznar no dejó escapar la oportunidad para terciar en el debate catalán.

El expresidente del Gobierno evitó mencionar a Artur Mas, aunque se refirió a él cuando afirmó que "algunos españoles equivocados han puesto en peligro el Estado de derecho en España", por lo que deseó que "la mayoría de españoles, bien orientados, lo corrijan".

Aznar aprovechó también para hacer un llamamiento a "atajar la corrupción" en España y a evitar que cuaje en el país el "populismo", porque si arraiga, advirtió, "el fracaso está servido", en clara referencia a Podemos.