Los tres sacerdotes y un seglar detenidos este lunes acusados de abusar y agredir sexualmente de manera continuada a varios menores en Granada continúan en los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional de la ciudad, donde ya han pasado su primera noche en celdas separadas.

La incomunicación de los arrestados ha sorprendido al abogado de los arrestados que recordó como no hace mucho los cuatro pasaron por el despacho del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, después de que el prelado fuera instado por el propio Papa a investigar la denuncia formulada por un joven.

Tiempo han tenido los cuatro arrestados de preparar una defensa conjunta, a pesar de que ahora no se les permita hablar entre ellos. Los cuatro comparten abogado y los cuatro formaban parte del denominado clan de los Romanones, un grupo de sacerdotes y seglares muy unido que vivía y actuaba al margen de la actividad del archidiócesis de Granada. Como están incomunicados, solo han tenido derecho a un abogado de oficio, por el momento. De ahí que su letrado se quejará el lunes de la incomunicación.

A lo largo del día de hoy los cuatro irán pasando por los despachos de la brigada judicial de la comisaría de Granada, cuyo comisario se ha hecho cargo, en persona, de asumir las diligencias. Es probable que los cuatro decidan no declarar y esperen a dar explicaciones cuando sean presentados ante el titular del juzgado número cuatro de Granada, Antonio Moreno Marín, que ha tutelado la investigación durante las últimas semanas.

En principio no se esperan nuevas detenciones en los próximos días. Para los investigadores los cuatro arrestados son los que Daniel (nombre simulado) identificó con nombres y apellidos en su carta al Papa como responsables de los abusos y agresiones sexuales a los que se vio sometido de manera continuada durante varios años.

En una segunda fase de la investigación la policía no descarta que el juez mande imputar al resto de sacerdotes que estaría al corriente de los abusos y no hicieron nada para evitarlos ni denunciarlos.

Tampoco se esperan más registros. La casa de tres pisos de la pedanía de Los Pinillos, una urbanización limítrofe con Pinos del Genís, a pocos kilómetros de la capital, es la única que se ha registrado el lunes por la tarde, durante dos horas.

A pesar del tiempo transcurrido de los últimos abusos sexuales denunciados, un equipo de policía científica se acercó hasta la casa para examinar la casa con detenimiento en busca de posibles rastros genéticos, aunque será complicado. Los investigadores se llevaron ordenadores, teléfonos móviles y documentación que encontraron en esa casa que era el centro de operaciones del grupo de sacerdotes.