Jordi Pujol ha devuelto ya la Medalla de Oro que le concedió el Ayuntamiento de Barcelona por acuerdo del pleno municipal en el año 1992, bajo el mandato del socialista Pasqual Maragall. Tras la confesión pública de Pujol, en la que reconoció que ocultó dinero durante 34 años en cuentas bancarias en el extranjero, el actual alcalde de la ciudad, Xavier Trias, afirmó que sería mejor que el expresidente la devolviera, antes de que tuviera que ser el consistorio el que se la retirase. De hecho, el grupo socialista reclamó que esa fuera la decisión del ayuntamiento.

Xavier Trias se mostró muy contundente con Jordi Pujol y afirmó que debe "desaparecer" políticamente tras la confesión. El alcalde y excolaborador de Pujol en el Gobierno catalán durante años afirmó que la polémica ha de servir para que Convergència Democràtica (CDC) suelte el "lastre" que representaba el fundador del partido respecto a la actual dirección, capitaneada por Artur Mas.

Pujol comunicó su decisión de ceder la Medalla de Oro de Barcelona el pasado 31 de julio, si bien quedó registrada el 18 de agosto, junto con la distinción. Quedan pendientes otras decisiones simbólicas respecto al expresidente de la Generalitat catalana, como la del Ayuntamiento de Premià de Dalt, que decidirá en septiembre si retira la estatua y la plaza dedicadas a quien es hijo adoptivo del municipio.

Por otro lado, el exdirigente continúa sin aclarar si pretende dar explicaciones ante el Parlamento catalán sobre el dinero de su familia oculto durante más de tres décadas. Un caro de Convergència Democràtica, Francesc Sànchez, responsable de régimen interno y comunicación, se desplazó el martes a Queralbs para pedirle a Pujol que acepte la petición de comparecencia de los grupos parlamentarios. Pero no ha habido todavía una respuesta clara, según informaron fuentes de la formación nacionalista.