Hasta que Alfredo Pérez Rubalcaba dimitió como secretario general tras los malos resultados en las europeas, no había asunto que suscitara más discusión en las filas socialistas que la fecha de las primarias para elegir al candidato a la Moncloa. La llegada de Pedro Sánchez ha dejado a un lado el debate. El nuevo líder ya ha recibido el aval de los militantes, que pudieron votar el 13 de julio a su secretario general. El relevo ha dejado en nada la intención de celebrar las elecciones internas en noviembre, e incluso de celebrarlas. Se da por hecho que el aspirante será Sánchez.