España empieza a salir de la crisis pese a que el PSOE lo niegue y la unidad frente a los discursos soberanistas es clave para que la reactivación económica sea cada vez más apreciable por parte de los ciudadanos. Con esta tesis ha presentado este lunes el PP su programa electoral para las elecciones europeas del 25 de mayo en un acto celebrado en el Hotel Grand Marina de Barcelona ante unos 300 asistentes, entre ellos, los primeros puestos de la lista. "Necesitamos una España fuerte y unida para que se escuche con potencia nuestra voz en Europa", ha proclamado el cabeza de cartel, Miguel Arias Cañete, que esta tarde cederá la cartera del Ministerio de Agricultura a Isabel García Tejerina. "La UE es un proceso de unión y no de dispersión", ha agregado.

Sin mencionarlo directamente, Cañete ha ido trufando su discurso de dardos hacia el proceso soberanista (el programa electoral también lo hace aunque no haya un apartado específico a combatir el independentismo). En cambio, el candidato ha sido mucho más directo contra el PSOE y su cabeza de cartel, Elena Valenciano. "No se puede apoyar a quienes con sus políticas nos llevaron a la crisis. Señora Valenciano, mire más allá de los Pirineos y aprenda", ha manifestado Cañete poniendo como ejemplo el cambio de políticas que están aplicando los socialistas franceses.

"Otros negaron la crisis y engañaron a los españoles, ahora quieren negar el crecimiento económico, España va para adelante aunque algunos no lo reconozcan", ha reiterado el ministro de Agricultura, quien ha desgranado los seis puntos centrales de su programa electoral: un PP más fuerte, una mayor presencia de España en Europa, situar a las personas en el centro del eje político, impulsar nuevas políticas de empleo, apostar por la cohesión y la integración y lograr una Europa más abierta y segura.

Inmigración "regular y ordenada"

Puesto en ejemplos, entre las propuestas que plantea el PP están el mayor impulso de un mercado europeo de energía y telecomunicaciones, la creación de una tarjeta comunitaria para los discapacitados, una "posible" tributación ambiental en el conjunto de la UE y la solicitud de mayores recursos a las instituciones europeas para lograr una inmigración "regular y ordenada" y solucionar conflictos como los sucedidos en Melilla en los últimos meses. También se propone un incremento de la lucha contra el terrorismo y un mayor reconocimiento de las víctimas.

Cañete ha estado arropado por la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, por el vicesecretario de organización y director de la campaña popular, Carlos Floriano, por el vicesecretario de estudios y programas y número dos de la lista, Esteban González Pons, por el número 12 de la candidatura y primer representante de los conservadores catalanes en la lista, Santiago Fisas, y por la líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho. Esta última ha insistido en atacar al soberanismo dibujando al Ejecutivo de Mariano Rajoy como el Gobierno del 'seny' y ha avisado de que "las fronteras son un obstáculo contra el crecimiento" y "la confrontación no crea puestos de trabajo".

La "herencia recibida" y el corredor mediterráneo

Además de ensalzar la unidad de España como herramienta de progreso, de aprovechar ese discurso para lanzar críticas veladas al órdago soberanista del Govern de Artur Mas, los conservadores recuperarán -nunca las han aparcado- las críticas a la "herencia recibida" del PSOE, al que culpan de muchos de los recortes que ha debido propinar el Gobierno de Rajoy. Asimismo, los populares harán bandera del corredor mediterráneo y reclamarán más ayudas a la UE para que esta infraestructura se convierta en una realidad.

El eje ferroviario será precisamente uno de los puntos de discusión de la campaña con los nacionalistas catalanes. En su programa, el PP incide en el corredor mediterráneo, pero también menciona la conexión de Valencia con Zaragoza y, a su vez, con el Cantábrico. Es decir, que no abandona sus deseos de que se construya un corredor central pese a las negativas que ya ha recibido esta idea por parte de las instituciones europeas y la intencionalidad política centralizadora que ven tras ella tanto CiU como ERC e ICV-EUiA.