Y de repente, Esperanza Aguirre. La mujer que se da miedo a sí misma por su "temeridad y osadía", según sus palabras, eligió ayer la apertura en Sevilla de la temporada taurina hispalense, acto en el que actuó de pregonera, para lanzar un dardo tras otro a aquellos que, "en su afán por acabar con España", buscan "prohibir los toros por decreto". La tesis expuesta por la expresidenta de la comunidad de Madrid y lideresa del PP madrileño fue simple: algunos movimientos que rechazan la fiesta de los toros lo hacen por ser "antiespañoles", que lo son porque saben bien que "los toros simbolizan mejor que nada la esencia misma de nuestro ser español".

En su intervención, poco menos que Aguirre convirtió la afición a los toros en la prueba del nueve de la españolidad, ya que según ella, "los españoles que quieren dejar de serlo luchan contra la fiesta". Obviamente, no es su caso. Además de resaltar que posee un "encaste bravo y valiente", dejó muy claras sus preferencias: "Sí, es verdad. Me gustan los Toros , así con mayúscula, como hay que escribirlo cuando se trata de definir la Fiesta Nacional de España por antonomasia". "El amor a los toros --prosiguió Aguirre-- me lo transmitieron después del cristianismo y del amor a la patria, que son los valores esenciales que aprendí en mi casa".

Antes de terminar, la líder popular dejó otro par de reflexiones. Primero dijo que posiblemente la sociedad actual "no da valor al valor" y que "hay demasiados cobardes en todos los ámbitos". Y después aprovechó para exponer sus dudas sobre la "altura intelectual" de los detractores de los toros hoy en día. Nada que ver, según la lideresa , con los que los repudiaban "hace un siglo", aludiendo a personajes como "Joaquín Costa, Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Ramón y Cajal o Giner de los Ríos". Esperanza Aguirre admitió también que este 2014 está siendo su año "más temerario".