Después de que el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, vendiese el martes a los escoceses un futuro de color de rosa y lleno de ventajas si votan a la independencia en el referendo previsto para el 2014, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dejó claro ayer que, según su punto de vista, tanto Escocia como Cataluña quedarían fuera de la UE si se secesionasen de sus respectivos países.

Es la primera vez que Rajoy profundiza en detalle sobre este tema y, valiéndose del caso escocés, hizo campaña por el no a la independencia pero evitando legitimar la consulta catalana: "Es bueno que el resto de ciudadanos europeos sepan que si una región obtuviera la independencia de un Estado miembro, quedaría fuera de la Unión".