El expresidente del Gobierno José María Aznar, quiso ayer, por enésima vez, marcar el camino por el que Mariano Rajoy debe discurrir, según su criterio, para dejarse de tibiezas y responder con mano dura al plan soberanista del Gobierno catalán. José María Aznar aseguró que si él estuviese al frente del Ejecutivo recuperaría el precepto que él mismo introdujo en el Código Penal, como respuesta al plan Ibarretxe , y que castigaba con penas de hasta cinco años de cárcel a quien convocase un referendo ilegal. El expresidente recordó, en una entrevista en Onda Cero, que José Luis Rodríguez Zapatero derogó un recurso del Estado para frenar a los dirigentes nacionalistas y que él aplicaría a Artur Mas, si finalmente el president decide convocar la consulta soberanista, "con todas sus consecuencias". Cabe recordar que Artur Mas ha insistido en que solo la impulsará si es con un amparo legal.

La reflexión de Aznar cayó, no obstante, en saco roto, puesto que el Gobierno del PP considera que ya dispone de suficientes herramientas legales como para impedir la celebración de un referendo, sin tener que endurecer la ley. El Ejecutivo cuenta con que el Tribunal Constitucional paralizaría cualquier intento en este sentido y, si Artur Mas va tan lejos como para desobedecer el fallo judicial, fuentes gubernamentales señalan que se podría actuar contra él a través del delito de desobediencia, que no contempla penas de cárcel pero sí la inhabilitación.

RESPUESTA DE GALLARDON El entorno del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, recordó ayer que se acaba de aprobar una reforma del Código Penal que no incluye un castigo explícito contra aquellos dirigentes que convoquen consultas ciudadanas ilegales, una condena que el PP tampoco incluyó en su programa electoral y que el Gobierno no prevé introducir si se lo pide algún grupo como UPD durante la tramitación parlamentaria.

El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, aseguró que el Ejecutivo cuenta con mecanismos "suficientes" y la "determinación política" como para tener la "certeza" de que en España "no va a haber un referendo ilegal". Sus palabras dejan entrever el distanciamiento existente entre Aznar y Rajoy, que se acentuó a raíz del plante que el Gobierno y la cúpula del PP dieron al expresidente en la presentación del segundo volumen de sus memorias.

Las palabras de Aznar obtuvieron respuesta por parte de Artur Mas, que censuró el lenguaje "anticuado y desfasado" de quienes quieren encarcelar a "presidentes elegidos democráticamente".

El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, por su parte, pidió a Mariano Rajoy que repruebe a José María Aznar públicamente, mientras que los grupos que apoyan el derecho a decidir, CiU, ERC, PSC, ICV y la CUP afearon al expresidente su conducta "preconstitucional", al tiempo que le advirtieron de que con "testosterona y amenazas" no se arreglará el problema catalán.