ETA remitió ayer un comunicado al diario Gara en el que asegura que la expulsión de su cúpula de Oslo hace dos semanas "atrasa y dificulta la resolución" del conflicto. La banda considera que la decisión del Gobierno español de "cerrar el espacio de negociación" traerá "consecuencias negativas", aunque afirma que mantiene su disposición a dialogar. Desde París, el presidente Mariano Rajoy replicó que lo único que le corresponde a la organización terrorista es anunciar "definitivamente" su desaparición. El ministerio del Interior añadió que espera la "disolución incondicional" de la banda y que, si no es eso, todo lo que ETA pueda decir "son los delirios de siempre" y no merecen más comentarios.

En un extenso comunicado, la banda asegura que ha cumplido todos los acuerdos alcanzados con el Gobierno desde el anuncio del cese definitivo de la violencia, mientras el Ejecutivo "se ha comido su palabra". En concreto, le reprocha que mantenga invariable su "apuesta represiva", incluyendo la política penitenciaria, y se niegue al diálogo. Indica, además, que el nombramiento de una representación de ETA y la creación de una "mesa de diálogo" en Noruega respondían a un compromiso adquirido entre el Gobierno español y la banda antes de su anuncio de final del terrorismo de octubre del 2011, con Rodríguez Zapatero en el poder.

ETA sostiene que, tras las elecciones del 2011, el nuevo Gobierno del PP dispuso de "información detallada" de todos compromisos adquiridos por el PSOE y de los "avances" del proceso, aunque tanto socialistas como populares optaron por "dejar pudrirse" el proceso. En el documento conocido ayer, la organización terrorista asegura que ha actuado de manera "seria y constructiva" cuando el Gobierno español le pidió tiempo para reflexionar y cuando surgió la posibilidad de establecer "una vía de relación discreta y estable".

SORPRESA En el texto, escrito íntegramente en euskera y fechado el 17 de marzo, explica que la cerrazón de Rajoy "ha sorprendido" a todos los agentes internacionales involucrados en la mediación, ya que provoca "un gran daño" a los esfuerzos por zanjar el conflicto vasco. También critica la actitud "negativa" del actual Gobierno francés, al tiempo que arremete contra el PNV por apoyar "incomprensiblemente" a Rajoy en su estrategia antiterrorista.

La banda explica detalladamente que el desarme siempre ha quedado fuera del ámbito de trabajo de la denominada comisión internacional de verificación, por lo que niega que esta cuestión, como plantea el Ejecutivo español, sea un "requisito previo" a cualquier contacto. Además, asegura que la entrega de las armas tendría que formar parte de una negociación más amplia, que incluya la situación de los presos y huidos, y la "desmilitarización" de Euskadi.

En todo caso, ETA anuncia que "seguirá trabajando" para alcanzar un acuerdo, y que no cederá "ante las dificultades", porque "Euskal Herria merece y necesita la paz y la libertad", concluye el comunicado.

El texto se ha redactado en un momento en el que la banda atraviesa una situación de extrema debilidad, con una treintena de miembros en Francia. Aunque apenas disponen de recursos económicos, aún conservan varias tonelada de explosivos y varios centenares de armas procedentes de sus últimos robos.

LAS REACCIONES La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Angeles Pedraza, aseguró que las "amenazas" son "la gota que colma el vaso" de las presiones de la banda al Gobierno, al que reclamó firmeza "ante este chantaje", que se produce cuando los etarras "están viendo que no consiguen lo que quieren tras haber dejado de matar". Por su parte, el PNV solicitó a la banda que acometa "sin dilación" su desarme y desaparezca "como organización", en cumplimiento de "su compromiso unilateral de abandono definitivo de la violencia".