Aquello no fue un sí rotundo. El pasado 15 de diciembre, reunido con los barones, Alfredo Pérez Rubalcaba desplegó su calendario para la renovación del PSOE. Las primarias para elegir al próximo candidato a las generales, indicó, no serían antes de un año y medio y, en todo caso, siempre después de las elecciones europeas, que se celebrarán en mayo del 2014.

Salvo el madrileño Tomás Gómez, que pidió la dimisión del secretario general por su presunta incapacidad para "dar esperanza", todos los líderes territoriales se mostraron de acuerdo. Pero no fue un cierre de filas. Se trató, más bien, de un por el momento. Y ahora, cuando la autoridad del secretario general pasa por su peor etapa (por la rebeldía de los socialistas catalanes y gallegos, pero sobre todo por el fiasco del 'caso Ponferrada'), esa agenda amenaza con resquebrajarse. Carme Chacón, Patxi López y Eduardo Madina son algunos de los nombres que suenan como relevo a Rubalcaba.