--¿Qué le ha llevado a no acatar la orden del PSC?

--Hay un antes y un después de la declaración soberanista del Parlamento catalán, en la que unos partidos, sin tener siquiera el respaldo de dos tercios necesario para reformar el Estatut, aprobaron una declaración que marcaba el destino: la ruptura de Cataluña con el resto de España al margen de la ley. Mientras los ciudadanos padecen los efectos devastadores de la crisis, desde la política hay quien se dedica a los juegos de palabras. Llega la hora de hablar claro: por eso anuncio que no apoyaré las iniciativas de los impulsores de ruptura de Cataluña con España.

--¿Una consulta legal, pactada entre los gobiernos, equivaldría a una ruptura?

--Mi opción no es la consulta soberanista, sino la que hemos votado juntos el PSC y el PSOE en el Congreso: una reforma de la Constitución que convierta a España en un Estado federal.

--¿Cuánto le ha influido su anhelo de liderar el PSOE?

--Absolutamente nada. Ahora mi futuro político es algo irrelevante. Mire, hace 15 meses concurrí a las elecciones generales con un programa de entendimiento entre Cataluña y España que corresponde a mi convicción: quiero una Cataluña fuerte y respetada en una España que reconozca su diversidad. No ha ocurrido nada que me haga renunciar a ese empeño. Mas se envolvió en la estelada para ocultar su fracaso como gobernante y, tras fracasar de nuevo en las elecciones, ha radicalizado más sus posiciones hasta abrir una brecha en la sociedad catalana a la que no quiero contribuir.

--¿Se siente concernida por el giro del PSC en favor del derecho a decidir, que el consejo nacional incluyó en el programa del 25-N?

--Tengo un gran respeto y un compromiso con mi partido. Quiero decir, con los miles de militantes que defienden las ideas de justicia social y de convivencia federal, a veces en circunstancias muy adversas. Y la política de mi partido se define en los congresos. Creo que estoy en la línea del último congreso del PSC. Pero mi compromiso también es con los electores: casi un millón de catalanes que en el 2011 respaldaron la idea de una Cataluña respetada en España.

--Tras este choque con Navarro, al que apoyó como primer secretario, ¿repetirá como candidata del PSC?

--En efecto, apoyé a Navarro y le sigo apoyando. Sobre mi futuro le puedo decir lo que depende de mí. No sé si figuraré en una candidatura porque no depende solo de mí; esa decisión tienen que tomarla los afiliados.

--Un curiosidad: ¿milita solo en el PSC o está afiliada también al PSOE?

--Cualquier persona que quiere defender sus ideas socialistas dentro de una organización tiene una opción: si vive en Cataluña, lo hace en el PSC; si lo hace en cualquier otro lugar de España, lo hace en el PSOE. Así lo pactaron hace 35 años los tres partidos que fundaron el PSC. Solo por el hecho de pertenecer al PSC, un socialista catalán tiene derecho a influir en el socialismo de toda España, sin tener que volverse a afiliar.

--¿Se encaminan el PSC y el PSOE a una ruptura?

--Cuando los socialistas se distancian, la derecha catalana y la española lo celebran: saben que la única posibilidad de avances sociales pasa por una acción conjunta de los socialistas. Divididos, además, nos condenaríamos a ser actores secundarios en Cataluña y España.