"La Casa del Rey lo supervisaba todo", dijo ayer en varias ocasiones el exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, ante el juez Castro sobre la actividad del Instituto Nóos. Una actividad de la que la infanta Cristina "estaba al corriente". Torres optó por tirar de la manta, apoyado en 200 correos que fue leyendo en voz alta. Las andanadas alcanzaron incluso al Rey. Aseguró que intervino para que Urdangarin entrara en la Fundación Laureus, donde la amiga del monarca Corinna Sayn-Wittgenstein ocupaba un puesto directivo. "Como te ha comentado mi suegro, te mando mi currículo", dice una de las misivas que envió el duque de Palma a Corinna, quien en otro correo le garantizaba que le conseguiría "un buen sueldo" en la entidad altruista dedicada a patrocinios deportivos. En otro correo, de Urdangarin a Torres, a propósito de un proyecto fallido relacionado con la Copa América de vela de Valencia, el duque de Palma escribe: "Lo consultaré con el jefe". "El jefe es el Rey" apostilló Torres ayer en su declaración.

También salió mal parado José Manuel Romero, conde de Fontao y asesor jurídico de la Casa Real. Según Torres jamás trasladó a Urdangarin la orden de apartarse de los negocios, sino de que "cubriera las apariencias". Es decir, que se ocultara, como hizo después en la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, donde ya no fue presidente, como en Nóos, sino que formó parte de la junta de patronos. Se da por hecho que se citará a Romero.

LA INFANTA De la infanta Cristina dijo que acudía a las "reuniones informales" y que estaba informada de los asuntos por el propio Urdangarin. Explicó que ambos tenían el despacho uno al lado del otro. No obstante, no ofreció ni un dato sobre gestiones o propuestas que hubiera podido realizar la hija del Rey. En principio, la fiscalía no ve elementos como para citarla.

Diego Torres denunció ante el magistrado que han intentado comprar su silencio. A cambio, debería asumir la culpa de todos los manejos de Nóos. El abogado de Urdangarin, Pascual Vives, lo desmintió. Lo achacó a una estrategia de defensa. Fuentes próximas al caso aseguran que Torres podría tener un documento notarial que lo probaría, consistente en una grabación.

Esta declaración se produjo tras ser interrogado por el fiscal sobre el presunto chantaje al que estaría sometiendo él a Urdangarin para sacar provecho.

Torres también puso sobre la mesa correos de Carlos García Revenga, secretario de las infantas y tesorero de Nóos, que declarará como imputado el próximo sábado. En algunos de ellos se hace referencia a S.M. (Su Majestad). En este caso, Torres quiso demostrar, por un lado, que García Revenga tenía conocimiento de la actividad de Nóos. Por otro, desmentir que la Casa Real hubiera obligado al duque de Palma a abandonar sus negocios con él. El nombre del heredero de la Corona también lo citó Torres al referirse a un viaje a Pekín, donde toda la familia real se volcó en apoyar la candidatura de Madrid 2016. La fundación que gestionó ese sueño olímpico de la capital contrató a la Fundación Fundación Deporte, Cultura e Integración Social cobró Urdangarin al menos 120.000 euros por servicios que la investigación sospecha que no se realizaron.

Diego Torres se mostró más nervioso y evasivo cundo se le preguntó por la trama de evasión de capitales. Según Torres, este entramado se montó para que Urdangarin pudiera hacer negocios en el extranjero. Pero no ofreció respuesta convincente cuando se le planteó que buena parte de los caudales movidos a través de DeGoes Center, una de las sociedades de la trama, acabaron en sus cuentas.