El PP y el PNV ya normalizaron sus relaciones después de la tumultuosa etapa con Juan José Ibarretxe como lendakari, y ayer, el presidente Mariano Rajoy, y el nuevo jefe del Ejecutivo vasco, Iñigo Urkullu, pudieron demostrarlo. Ambos estuvieron reunidos en la Moncloa durante casi tres horas, en las que abordaron la crisis económica y el proceso de paz abierto en Euskadi. A la salida, Urkullu señaló que mantendrá un canal de comunicación "personal y discreto" con Rajoy para avanzar en la gestión del fin del terrorismo y sobre lo que a su juicio engloba el proceso "de paz y normalización" que debe afrontar el País Vasco: las víctimas del terrorismo, las víctimas de abusos policiales, la "revisión crítica" del pasado y la política penitenciaria. "Podemos avanzar y tenemos que hacerlo", ha dicho.

"Creo que eso tiene que ser la relación entre el presidente del Gobierno central y el lendakari y tiene que estar sometido a un ámbito de discreción absoluta porque solo así va a ser fructífero el trabajo", declaró el presidente del Gobierno vasco

Urkullu señaló también que tras reconocer las diferencias entre Euskadi y Cataluña, reclamó a PP y PSOE que tengan en consideración los "hechos nacionales".

Por su parte, Rajoy valoró que Urkullu sitúe como prioridad la salida de la crisis económica y la creación de empleo, a diferencia de lo que ocurre en Cataluña.