El debate en el Congreso sobre los Presupuestos Generales del 2013 deja para el recuerdo la imagen de un hemiciclo fraccionado en dos y sin atisbos de vasos comunicantes. De un lado, el Gobierno y el PP --con el único apoyo del diputado de UPN, su socio tradicional, y la abstención crítica del parlamentario de Foro de Asturias-- y, en frente, una oposición que dejó sus diferencias en casa y, de forma homogénea, mostró su rechazo a unas cuentas que tachó de "increíbles, ineficaces e injustas". Un discurso con pocos matices diferenciadores que acentuó más si cabe la soledad parlamentaria del PP.

En las primeros presupuestos de la era Rajoy, aprobados en abril, el Ejecutivo intentó al menos atraerse el beneplácito o la abstención de CiU. Pero, en esta ocasión, el grupo parlamentario catalán, en pleno órdago soberanista y a las puertas de las elecciones, se sumó sin disimulos a las críticas de los demás.

El PP, por su parte, como si se tratara de un mero trámite y con el argumento de que es el único partido que tiene la vista puesta en lo que verdaderamente interesa a España --esto es, reducir el déficit para evitar "que la deuda explote" ante las narices de todos--, tumbó las 11 enmiendas a la totalidad, de forma que las cuentas puedan continuar su trámite parlamentario. Tras la jornada del martes, en la que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, definió los presupuestos como "los más sociales de la democracia", para sorna de la oposición, ayer fue el turno del grupo mixto, que también echó mano de sentencias grandilocuentes para argumentar que las cuentas del 2013, como sucedió con las de este ejercicio, se verán en breve superadas por la realidad y los españoles, especialmente los más débiles, abocados a nuevos ajustes. "Estos presupuestos durarán menos que un telediario", señaló ERC. "Las cuentas tienen más efectos especiales que las películas de Spielberg", sentenció CC. "La voluntad del Ejecutivo es condenar a las personas para salvar a la banca", añadió el BNG.

EL OPTIMISMO Frente a estos augurios de tormenta, la versión que ofreció el Gobierno fue como un paisaje primaveral. Según Montoro, España va camino de iniciar la recuperación económica y, en contra de las previsiones de los analistas, cumplirá con los objetivos de déficit. Eso sí, el ministro evitó aclarar, pese a las reiteradas preguntas de la oposición, si revalorizará las pensiones. Montoro invitó a los grupos a que a partir de ahora presenten enmiendas constructivas. Aunque, teniendo en cuenta la experiencia previa, es poco probable que el PP acepte alguna sugerencia.