Que la hoja de ruta nacionalista del PNV ha sido siempre ajena al escenario político catalán es una evidencia que ayer se encargó de recordar el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida. Sirva solo como ejemplo que fue el PNV (junto al BNG y la Chunta Aragonesista) el que salvó a la exministra de Fomento Magdalena Alvarez de ser reprobada por el Congreso a propuesta de ICV-IU. Pues bien, mientras Duran ayer se esforzaba en marcar distancias en (casi) todos los aspectos con el PNV, el president Mas aprovechaba el triunfo soberanista de Euskadi para ponerse a rebufo de ese impulso y trazar paralelismos.

El líder democristiano sostuvo en rueda de prensa que "no existe una estrategia conjunta del PNV y CiU" en relación a la cuestión nacional. Duran negó que la reunión que mantuvieron Mas y el líder nacionalista vasco Iñigo Urkullu en Barcelona antes de la campaña vasca sirviera para ello, pese a que el propio president afirmara este fin de semana que si bien la estrategia soberanista vasca y la consulta sobre el Estado propio que promueve CiU "son procesos en los que no hay que buscar un paralelismo directo", sí que "puede haber aspiraciones comunes" entre ambas naciones.

Ayer, Duran sí pidió imitar al PNV en cuanto a la decisión de Urkullu de mantener viva la agenda económica y social durante la campaña. Mas, en cambio, calificó el auge del PNV y Bildu como una lección al Estado. En una conferencia en Barcelona Tribuna, el líder añadió: "Que tomen nota en el Estado porque esto que pasa en el País Vasco pasará en Cataluña, y no pasa en Galicia ni en Murcia".

Mas aprovechó horas después un acto de apoyo a las selecciones deportivas catalanas para denunciar: "Tampoco en este tema nos lo ponen fácil; he llegado a pensar que era más fácil el concierto económico que las selecciones catalanas".