El hasta ahora vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y 'sombra fiel' de Esperanza Aguirre en los últimos 30 años será el responsable de liderar la continuidad de sus políticas al frente del Ejecutivo regional y del PP de Madrid.

Gónzález cruzó este lunes la segunda línea en la que se encontraba desde hace 28 años --cuando en 1984 accedió por oposición a una plaza del Ayuntamiento de Madrid como funcionario del Cuerpo Superior Técnico y coincidió allí con la actual presidenta regional-- para sustituir a Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid.

El número dos de Aguirre ha sorteado todo tipo de inconvenientes y guerras internas durante casi nueve años como vicepresidente pero, según explica su entorno, esta vez nadie se ha atrevido a intentar moverle la silla.

Uno de los principales signos de la importancia creciente de González en la esfera política madrileña y nacional tuvo lugar el pasado mes de febrero durante el Congreso del PP en Sevilla cuando el presidente del Gobierno y de los populares, Mariano Rajoy, le dio su bendición recuperándole para el Comité Ejecutivo Nacional del partido.

Todo ello dejando de lado varias polémicas en las que se vio inmerso, como cuando Aguirre pronunció su discurso con la ya famosa frase: "No me resigno"; o cuando no consiguió el apoyo de la dirección nacional para presidir la Caja Madrid que luego cayó en manos de Rodrigo Rato.

González, de 52 años, conoce como nadie los entresijos de la Comunidad de Madrid que hasta ahora ha controlado mayoritariamente fuera de los focos pero en la que se ha ido metiendo de lleno aglutinando la vicepresidencia, la portavocía del Gobierno autonómico, la presidencia del Canal de Isabel II, la consejería de Cultura y Deportes, vicepresidencia de Ifema y presidencia del Consejo de Asuntos Taurinos.

EN TODAS LAS DECISIONES

Los que llevan años en el entorno tanto de Aguirre como de González dicen que por las manos del sucesor han pasado todas y cada una de las decisiones que en los nueve años ha tomado la líder popular, incluso antes de que en el Partido Popular de Madrid le diera la secretaría general.

Es amante de los toros, del deporte y la música, una de sus aficiones más desconocidas es el dibujo, que practica ya sea mientras habla por teléfono o preside una reunión. González, según su círculo más cercano, es capaz de hacer "cien cosas a la vez y concentrarse en todas". No en vano por él pasa toda la coordinación del Gobierno y el Partido, además de las relaciones con la Asamblea de Madrid y el Grupo Parlamentario Popular que ahora tendrá que darle su apoyo para ser investido presidente.

González llega a la presidencia de Madrid en plena crisis económica y con su Ejecutivo inmerso en el ajuste y adaptación del presupuesto regional a las restricciones impuestas por el Gobierno central para controlar el déficit y la deuda. En todo caso es un área esta donde Madrid ha cumplido los 'deberes' con un 0,47 por ciento de déficit sobre el PIB y una deuda del 9,1 por ciento sobre el PIB, los mejores datos de entre todas las comunidades.

Antes que vicepresidente y presidente, González fue subsecretario de Educación entre mayo de 1996 y enero de 1999; secretario de Estado de Administración Pública desde el 99 hasta julio de 2002; y delegado del Gobierno para la Extranjería y la Inmigración de julio de 2002 a 21 noviembre de 2003.